Jade no deja de reír escandalosamente, mientras que yo me ocupo de hacerla reír con mis cosquillas.
Oigo también las risas de los enanos viendo a su madre riendo.
—¡Justin para por favor!—grita para seguir riendo. Paro de hacerle cosquillas y beso muchas veces su mejilla.—Ay.—suspira y me quedo sentado frente a ella.—Eres una mala persona.—con sus dos manos limpia sus mejillas empapadas.
Miro a los chicos y los veo mirándonos a los dos.
—Y vosotros qué miráis enanos.—me miran los dos y ríen fuerte.
—Mami está llorando.—dice Patri tapando su boca con sus dos pequeñas manos. Frunzo el ceño y sonrío a la vez.
—Pero eso es porque le encanta que le haga cosquillas por la noche.—miro a mi chica por el rabillo del ojo y veo que me mira arqueando las cejas.
—A dormir ya.—arropo bien a mi enana.
—No quiero dormir, quiero estar con vosotros.—se queja y frunce sus cejas.
—Cariño es muy tarde y mañana la tita Helen os lleva al cole.—acaricio su pelo rubio y bufa.
Beso su frente y me levanto, voy hacia Logan, que está sentado en el filo de su cama con la cabeza gacha.
Frunzo mi ceño y me siento a su lado.
—¿Qué ocurre campeón?—revuelvo su pelo castaño y me mira. Se encoge de hombros.—Venga, a dormir enano.—destapo la cama y él se mete dentro de ésta.—¿Te falta una sesión de cosquillas de papá?—sonríe y niega con la cabeza.—Bueno, entonces a descansar moco.—beso su mejilla y revuelvo una última vez su pelo.
—No quiero dormir, quiero estar con vosotros.—se queja y frunce sus cejas.
—Cariño es muy tarde y mañana la tita Helen os lleva al cole.—acaricio su pelo rubio y bufa.
Beso su frente y me levanto, voy hacia Logan, que está sentado en el filo de su cama con la cabeza gacha.
Frunzo mi ceño y me siento a su lado.
—¿Qué ocurre campeón?—revuelvo su pelo castaño y me mira. Se encoge de hombros.—Venga, a dormir enano.—destapo la cama y él se mete dentro de ésta.—¿Te falta una sesión de cosquillas de papá?—sonríe y niega con la cabeza.—Bueno, entonces a descansar moco.—beso su mejilla y revuelvo una última vez su pelo.
·
Miro por la ventana, para captar algo que no está en su sitio. Nada. Me giro y voy hacia la cama, donde está Jade sentada jugando nerviosamente con los dedos de sus manos.
Me siento a su lado y me mira.
—¿Pasa algo?—agarro su mano derecha y la llevo a mi boca, depositando un beso.
Suspira y se levanta, para ponerse en mi regazo, abrazándome fuerte. Le sigo el abrazo, sin entender qué pasa.
—Jade, nena, ¿qué ocurre mi reina?—beso su hombro y oigo cómo solloza.—Reina, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?—la separo de mí y la obligo a mirarme.
—Que todo nos sale mal...—niega con la cabeza.—No quiero tener esta vida, tener que esconder a mi chico todo el jodido día porque es un preso al que buscan sin parar.—su voz me parte el alma de pedazos.
Humedezco mis labios y trago saliva a duras penas.
—Quiero que estés feliz, y voy a hacer todo lo posible por verte sonreír, por verte cómoda. No quiero que tengas miedo alguno, porque no hay que tenerlo.—intento calmarla.—Confía en mí, voy a intentar que todo vaya bien.—asiente y me da un casto beso en los labios.
—No quiero que les pase nada a Logan y a Patri...—me mira fijamente a los ojos.
—No les va a pasar nada. Joder Jade, confía en mí. Por favor.—suspiro y asiente.
—Lo siento.—murmura y limpia las últimas lágrimas de sus mejillas.
Beso cada mejilla y luego atrapo sus labios. Ella entreabre sus labios, perfecto para que mi lengua se adapte a la suya y nuestras bocas encajen a la perfección.
Dejo de recorrer cada rincón de su boca con mi lengua, y bajo a su delicioso cuello. Muerdo y succiono en su punto débil y suelta un gemido, tirando de mi pelo.
—Justin.—murmura débil. Sonrío y vuelvo a sus labios, pero no los beso. Me mantengo ahí, quieto, nuestros alientos se mezclan y puedo oír su corazón bombear con fuerza.
—¿Aún te pongo nerviosa?—voy hacia su hombro y lo beso, lo muerdo...
—Como el primer día.—gime.
Levanto su camiseta del pijama y cuando voy a devorar uno de sus pechos, la puerta se abre.
—Mami...—le bajo rápidamente la camiseta y se levanta de encima mía. Miro hacia la puerta, viendo a Logan con la pipa(dedo pulgar) en su boca.
—Oh cariño, ¿qué te pasa?—Jade va hacia el y lo coge en brazos.
—No puedo dormir.—Jade me mira y se encoge de hombros. Suspiro y asiento.
Se sienta en la cama con el enano en brazos.
—Me voy a duchar.—asiente y me levanto, saliendo de la habitación.
·
Me deshago de mis pantalones y de mis bóxer, dejándolo en la tapa del váter.
Entro en la ducha y cierro la mampara. Abro el grifo y el agua templada empieza a caer por mi cuerpo, relajándome.
Narra Jade.
Dejo a Logan dormido en la cama y me levanto de ésta con cuidado.
Salgo de la habitación y voy directa al baño. Muerdo mi labio al escuchar la ducha y abro lentamente la puerta, entro y cierro nuevamente, esta vez hecho el pestillo.
Veo por la mampara el precioso cuerpo de mi chico y me paro en su trasero, esos dos caparazones... dios.
Me desnudo rápido y me acerco hacia la ducha. Me meto con cuidado y lo rodeo por atrás, abrazándolo fuerte y pegándome a él.
—Jade...—susurra. Pronto el agua cae sobre mí, beso su espalda.
—Logan se quedó dormido...—susurro yo esta vez.
Se gira y se queda frente a mí, pegado completamente con mi cuerpo. Una sonrisa traviesa aparece en sus labios regordetes.
Pongo mis brazos en sus hombros y en un movimiento rápido me coge a horcajadas, haciéndome gemir al tocar su torso desnudo con mi feminidad.
—Mi traviesa Jade, ¿qué haría yo sin ti?—el agua cae sobre nosotros, pero no molesta. Sonrío y le doy un casto beso en los labios.
—Nada, seguirías estando entre rejas.—ríe amargamente.
—Cumpliendo condena, qué pereza.—hace una mueca y sonrío de lado.—Pero es que mi chica tenía a dos mocosos en su vientre, y yo ni siquiera lo sabía.—besa mi hombro derecho y empiezo a jugar con su pelo mojado y suave.
—Dos mocosos que te sacan sonrisas todos los días.—murmuro y sus comisuras tiran a una sonrisa. Asiente y atrapa mis labios, sin perder tiempo, noto mi espalda fría, ya que me acaba de apoyar en la pared de la ducha. Deja mi boca y empieza a besar mi cuello, besarlo y succionarlo. Gimo y tiro de su corto pelo que tanto me gusta.
Gruñe agarra uno de mis pechos, masajeándolo con cuidado, haciéndome gemir.
Me separa un poco de él, aún cogiéndome en brazos. Veo como agarra su pene y lo mete dentro de mí en un segundo. Antes de que pudiera gritar, ya está explorando en mi boca con su suave lengua.
Agarro su pelo y tiro de éste. Haciéndolo gruñir en mi boca.
Empieza a salir y a entrar en mi vagina lentamente. Nos separamos y nos miramos a los ojos.
—Estás tan cerrada.—dice entre gemidos. Muerdo mi labio y hecho mi cabeza hacia atrás notando cómo un cosquilleo empieza desde mi feminidad y se esparce por todo mi cuerpo como polvo mágico.
Mi espalda se arquea por sí sola al notar el orgasmo cerca. Justin no deja de moverse y de besar mi cuello, mis clavículas...
Él llega al orgasmo, soltando un gemido en mi oreja derecha, haciendo que yo también llegara y me apretase contra él, conteniendo un grito de placer.
·
Termino de secar su pelo con la toalla y me sonríe a través del espejo.
—¿Y esa sonrisa?—frunzo el ceño. Dejo la toalla en el lavabo y empiezo a peinar su pelo con mis dedos.
—No, nada.—sacude levemente su cabeza. Deshago mi ceño fruncido y se levanta del taburete.
—Oh, dímelo. Me dejaste intrigada Bieber.—bufo.
Suelta una leve carcajada y se gira, mirándome. Se apoya en el lavabo.
—No es nada Jade, ¿qué te dejó intrigada? ¿Que sonriera al ver a mi niña secándome el pelo? Me tratas como a un niño pequeño.—una sonrisa preciosa se mantiene firme en sus labios.
Sonrío y doy dos pasos hacia él, quedando pegada a él.
—Eres tan rico cuando quieres.—paso mis manos por su abdomen al desnudo.
—Tú sacas este lado mío.—se encoge de hombros y me envuelve en sus brazos. Besa la parte superior de mi cabeza y me aferra a él.—Te quiero.
—Yo más.—le sigo el abrazo, pasando mis brazos por su fina cintura.
Narra Justin.
—Justin, ven aquí mi amor.—corro hacia mamá, y me coge en brazos.—Aunque papá ya no esté, sabes que siempre te quiso mucho, ¿verdad?—asiento.—Él te querría ver sonreír siempre mi niño. Nunca quites esa hermosísima sonrisa de tu rostro. Nunca mi vida.—besa mi mejilla y sonrío.
*
—¡Mami! ¡Mami despierta!—grito sin parar. Moviendo el cuerpo de mamá en el suelo. Noto mis labios salados, serán las gotitas que caen de mis ojos.
—Oh hijo, la puta de tu madre está muerta. ¿Ves la sangre de su cabeza? Eso es una hemorragia pequeñajo.—dice el hombre que pegó a mamá, haciéndola caer y haciéndole pupa en la cabeza con la mesa. Ríe, pero no cuando te cuentan algo gracioso...
—¡No, ella no está muerta!—niego con la cabeza y con mis manos cerradas en puños, seco mi cara mojada.—Mami.—susurro. Me duele la cabeza y la garganta. Sólo mami sabe curarme.
El hombre sale de casa y Roc corre hacia mí, cogiéndome en brazos, alejándome de mamá.
—¡No, suéltame! ¡Tenemos que llevar a mamá al hospital!—lloriqueo pataleando sin parar.
—Justin, para hijo. Por favor.—me rindo y me lleva a mi habitación, dejándome en mi cama. Se sienta a mi lado, y veo como él también tiene su cara mojada, pero también tiene sangre.—Escúchame pequeño.—me seca las mejillas con sus dedos.—Todo va a estar bien. Tu mami está bien, pero ya no está con nosotros.—cierro mis ojos y me tapo las orejas con mis dos manos.
—¡No, mi mami sigue conmigo! ¡Quiero ir con ella!—aprieto fuerte los ojos.
—Justin, ¡Justin! Mírame.—abro los ojos y me agarra los brazos.—Todo va a salir bien, confía en mi campeón.—me abalanzo a él, abrazándolo fuerte.
—Quiero a mi mami.—susurro.
—Lo sé hijo, lo sé... Yo también.—me acaricia la cabeza.
Abro los ojos, me inclino, así quedando sentado en la cama. Mi respiración es acelerada y noto como mi corazón bombea la sangre a toda hostia.
—¿Justin?—la voz adormilada de Jade suena a mi lado. Mis mejillas están mojadas a causa de mis lágrimas.—Justin, ¿qué pasa?—sacudo mi cabeza, lágrimas salen de mis ojos sin aviso antes a mi cerebro.—Dios mío, ¿qué te pasa?—no sale palabra alguna de mi boca, no puedo articular ninguna.—¡Justin! ¡Reacciona!—me mece unas veces, mi garganta quema y en mis ojos no dejan de llover.
—No me pude despedir de ella.—murmuro con la voz rota.
—¿De quién?—noto la preocupación en su voz.
—Mi mami.—sorbo mi nariz.
—Oh mi vida.—y me derrumbo cuando me envuelve en sus delgados brazos.—Ya está cariño, tranquilízate.—besa mi frente. Sollozo en su hombro.
—No le dije te quiero. No se lo hice saber Jade, fui tan mal hijo.
—No digas eso mi niño.—me separa de ella y me agarra por las mejillas.—Nunca vuelvas a decir eso Justin. Eras muy pequeño, no podías controlar lo que pasaba. Cálmate mi vida.—con sus pulgares, aparta algunas lágrimas de mis ojeras empapadas.
Mi labio inferior tiembla, Jade me mira con sus labios escondidos en su boca, y noto que tiene miedo.
—¿Quieres que te traiga algo?—su voz tiembla. Niego con mi cabeza y me envuelve de nuevo en sus finos brazos.—No te comas más la cabeza Justin, por favor. Tu madre seguro que sabía perfectamente lo que su niño la quería un montón.—besa mi mejilla y me derrumbo en sus brazos, sollozando.—Te quiero.—susurra en mi oído.
Narra Jade.
Acaricio su pelo desaliñado y suspiro al verlo con su ceño fruncido, como si tuviese miedo.
Deposito un beso en su mejilla roja y me tumbo, quedándome dormida a base de acariciar su precioso pelo.
Narradora
Ninguno de los dos sabe lo que está por venir. Ninguno de los dos tienen la mínima idea del daño que se causarán el uno al otro. ¿Por qué? Porque están ciegos.... ciegos de amor.
_
RT AQUÍ si quieres que te avise para el próximo capítulo.
Apedrearme, torturarme, matarme.... lo siento de verdad, siento haceros esperar tanto para esta puta mierda de capítulo. Me siento mal, en serio...
Pff, que soy una hija de puta y pos eso, que no os merezco. Si dejáis de leerla lo entenderé, espero que algún día me perdonéis...
Un besaco y gracias por vuestra paciencia.
Donna ♥
Miro por la ventana, para captar algo que no está en su sitio. Nada. Me giro y voy hacia la cama, donde está Jade sentada jugando nerviosamente con los dedos de sus manos.
Me siento a su lado y me mira.
—¿Pasa algo?—agarro su mano derecha y la llevo a mi boca, depositando un beso.
Suspira y se levanta, para ponerse en mi regazo, abrazándome fuerte. Le sigo el abrazo, sin entender qué pasa.
—Jade, nena, ¿qué ocurre mi reina?—beso su hombro y oigo cómo solloza.—Reina, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?—la separo de mí y la obligo a mirarme.
—Que todo nos sale mal...—niega con la cabeza.—No quiero tener esta vida, tener que esconder a mi chico todo el jodido día porque es un preso al que buscan sin parar.—su voz me parte el alma de pedazos.
Humedezco mis labios y trago saliva a duras penas.
—Quiero que estés feliz, y voy a hacer todo lo posible por verte sonreír, por verte cómoda. No quiero que tengas miedo alguno, porque no hay que tenerlo.—intento calmarla.—Confía en mí, voy a intentar que todo vaya bien.—asiente y me da un casto beso en los labios.
—No quiero que les pase nada a Logan y a Patri...—me mira fijamente a los ojos.
—No les va a pasar nada. Joder Jade, confía en mí. Por favor.—suspiro y asiente.
—Lo siento.—murmura y limpia las últimas lágrimas de sus mejillas.
Beso cada mejilla y luego atrapo sus labios. Ella entreabre sus labios, perfecto para que mi lengua se adapte a la suya y nuestras bocas encajen a la perfección.
Dejo de recorrer cada rincón de su boca con mi lengua, y bajo a su delicioso cuello. Muerdo y succiono en su punto débil y suelta un gemido, tirando de mi pelo.
—Justin.—murmura débil. Sonrío y vuelvo a sus labios, pero no los beso. Me mantengo ahí, quieto, nuestros alientos se mezclan y puedo oír su corazón bombear con fuerza.
—¿Aún te pongo nerviosa?—voy hacia su hombro y lo beso, lo muerdo...
—Como el primer día.—gime.
Levanto su camiseta del pijama y cuando voy a devorar uno de sus pechos, la puerta se abre.
—Mami...—le bajo rápidamente la camiseta y se levanta de encima mía. Miro hacia la puerta, viendo a Logan con la pipa(dedo pulgar) en su boca.
—Oh cariño, ¿qué te pasa?—Jade va hacia el y lo coge en brazos.
—No puedo dormir.—Jade me mira y se encoge de hombros. Suspiro y asiento.
Se sienta en la cama con el enano en brazos.
—Me voy a duchar.—asiente y me levanto, saliendo de la habitación.
·
Me deshago de mis pantalones y de mis bóxer, dejándolo en la tapa del váter.
Entro en la ducha y cierro la mampara. Abro el grifo y el agua templada empieza a caer por mi cuerpo, relajándome.
Narra Jade.
Dejo a Logan dormido en la cama y me levanto de ésta con cuidado.
Salgo de la habitación y voy directa al baño. Muerdo mi labio al escuchar la ducha y abro lentamente la puerta, entro y cierro nuevamente, esta vez hecho el pestillo.
Veo por la mampara el precioso cuerpo de mi chico y me paro en su trasero, esos dos caparazones... dios.
Me desnudo rápido y me acerco hacia la ducha. Me meto con cuidado y lo rodeo por atrás, abrazándolo fuerte y pegándome a él.
—Jade...—susurra. Pronto el agua cae sobre mí, beso su espalda.
—Logan se quedó dormido...—susurro yo esta vez.
Se gira y se queda frente a mí, pegado completamente con mi cuerpo. Una sonrisa traviesa aparece en sus labios regordetes.
Pongo mis brazos en sus hombros y en un movimiento rápido me coge a horcajadas, haciéndome gemir al tocar su torso desnudo con mi feminidad.
—Mi traviesa Jade, ¿qué haría yo sin ti?—el agua cae sobre nosotros, pero no molesta. Sonrío y le doy un casto beso en los labios.
—Nada, seguirías estando entre rejas.—ríe amargamente.
—Cumpliendo condena, qué pereza.—hace una mueca y sonrío de lado.—Pero es que mi chica tenía a dos mocosos en su vientre, y yo ni siquiera lo sabía.—besa mi hombro derecho y empiezo a jugar con su pelo mojado y suave.
—Dos mocosos que te sacan sonrisas todos los días.—murmuro y sus comisuras tiran a una sonrisa. Asiente y atrapa mis labios, sin perder tiempo, noto mi espalda fría, ya que me acaba de apoyar en la pared de la ducha. Deja mi boca y empieza a besar mi cuello, besarlo y succionarlo. Gimo y tiro de su corto pelo que tanto me gusta.
Gruñe agarra uno de mis pechos, masajeándolo con cuidado, haciéndome gemir.
Me separa un poco de él, aún cogiéndome en brazos. Veo como agarra su pene y lo mete dentro de mí en un segundo. Antes de que pudiera gritar, ya está explorando en mi boca con su suave lengua.
Agarro su pelo y tiro de éste. Haciéndolo gruñir en mi boca.
Empieza a salir y a entrar en mi vagina lentamente. Nos separamos y nos miramos a los ojos.
—Estás tan cerrada.—dice entre gemidos. Muerdo mi labio y hecho mi cabeza hacia atrás notando cómo un cosquilleo empieza desde mi feminidad y se esparce por todo mi cuerpo como polvo mágico.
Mi espalda se arquea por sí sola al notar el orgasmo cerca. Justin no deja de moverse y de besar mi cuello, mis clavículas...
Él llega al orgasmo, soltando un gemido en mi oreja derecha, haciendo que yo también llegara y me apretase contra él, conteniendo un grito de placer.
·
Termino de secar su pelo con la toalla y me sonríe a través del espejo.
—¿Y esa sonrisa?—frunzo el ceño. Dejo la toalla en el lavabo y empiezo a peinar su pelo con mis dedos.
—No, nada.—sacude levemente su cabeza. Deshago mi ceño fruncido y se levanta del taburete.
—Oh, dímelo. Me dejaste intrigada Bieber.—bufo.
Suelta una leve carcajada y se gira, mirándome. Se apoya en el lavabo.
—No es nada Jade, ¿qué te dejó intrigada? ¿Que sonriera al ver a mi niña secándome el pelo? Me tratas como a un niño pequeño.—una sonrisa preciosa se mantiene firme en sus labios.
Sonrío y doy dos pasos hacia él, quedando pegada a él.
—Eres tan rico cuando quieres.—paso mis manos por su abdomen al desnudo.
—Tú sacas este lado mío.—se encoge de hombros y me envuelve en sus brazos. Besa la parte superior de mi cabeza y me aferra a él.—Te quiero.
—Yo más.—le sigo el abrazo, pasando mis brazos por su fina cintura.
Narra Justin.
—Justin, ven aquí mi amor.—corro hacia mamá, y me coge en brazos.—Aunque papá ya no esté, sabes que siempre te quiso mucho, ¿verdad?—asiento.—Él te querría ver sonreír siempre mi niño. Nunca quites esa hermosísima sonrisa de tu rostro. Nunca mi vida.—besa mi mejilla y sonrío.
*
—¡Mami! ¡Mami despierta!—grito sin parar. Moviendo el cuerpo de mamá en el suelo. Noto mis labios salados, serán las gotitas que caen de mis ojos.
—Oh hijo, la puta de tu madre está muerta. ¿Ves la sangre de su cabeza? Eso es una hemorragia pequeñajo.—dice el hombre que pegó a mamá, haciéndola caer y haciéndole pupa en la cabeza con la mesa. Ríe, pero no cuando te cuentan algo gracioso...
—¡No, ella no está muerta!—niego con la cabeza y con mis manos cerradas en puños, seco mi cara mojada.—Mami.—susurro. Me duele la cabeza y la garganta. Sólo mami sabe curarme.
El hombre sale de casa y Roc corre hacia mí, cogiéndome en brazos, alejándome de mamá.
—¡No, suéltame! ¡Tenemos que llevar a mamá al hospital!—lloriqueo pataleando sin parar.
—Justin, para hijo. Por favor.—me rindo y me lleva a mi habitación, dejándome en mi cama. Se sienta a mi lado, y veo como él también tiene su cara mojada, pero también tiene sangre.—Escúchame pequeño.—me seca las mejillas con sus dedos.—Todo va a estar bien. Tu mami está bien, pero ya no está con nosotros.—cierro mis ojos y me tapo las orejas con mis dos manos.
—¡No, mi mami sigue conmigo! ¡Quiero ir con ella!—aprieto fuerte los ojos.
—Justin, ¡Justin! Mírame.—abro los ojos y me agarra los brazos.—Todo va a salir bien, confía en mi campeón.—me abalanzo a él, abrazándolo fuerte.
—Quiero a mi mami.—susurro.
—Lo sé hijo, lo sé... Yo también.—me acaricia la cabeza.
Abro los ojos, me inclino, así quedando sentado en la cama. Mi respiración es acelerada y noto como mi corazón bombea la sangre a toda hostia.
—¿Justin?—la voz adormilada de Jade suena a mi lado. Mis mejillas están mojadas a causa de mis lágrimas.—Justin, ¿qué pasa?—sacudo mi cabeza, lágrimas salen de mis ojos sin aviso antes a mi cerebro.—Dios mío, ¿qué te pasa?—no sale palabra alguna de mi boca, no puedo articular ninguna.—¡Justin! ¡Reacciona!—me mece unas veces, mi garganta quema y en mis ojos no dejan de llover.
—No me pude despedir de ella.—murmuro con la voz rota.
—¿De quién?—noto la preocupación en su voz.
—Mi mami.—sorbo mi nariz.
—Oh mi vida.—y me derrumbo cuando me envuelve en sus delgados brazos.—Ya está cariño, tranquilízate.—besa mi frente. Sollozo en su hombro.
—No le dije te quiero. No se lo hice saber Jade, fui tan mal hijo.
—No digas eso mi niño.—me separa de ella y me agarra por las mejillas.—Nunca vuelvas a decir eso Justin. Eras muy pequeño, no podías controlar lo que pasaba. Cálmate mi vida.—con sus pulgares, aparta algunas lágrimas de mis ojeras empapadas.
Mi labio inferior tiembla, Jade me mira con sus labios escondidos en su boca, y noto que tiene miedo.
—¿Quieres que te traiga algo?—su voz tiembla. Niego con mi cabeza y me envuelve de nuevo en sus finos brazos.—No te comas más la cabeza Justin, por favor. Tu madre seguro que sabía perfectamente lo que su niño la quería un montón.—besa mi mejilla y me derrumbo en sus brazos, sollozando.—Te quiero.—susurra en mi oído.
Narra Jade.
Acaricio su pelo desaliñado y suspiro al verlo con su ceño fruncido, como si tuviese miedo.
Deposito un beso en su mejilla roja y me tumbo, quedándome dormida a base de acariciar su precioso pelo.
Narradora
Ninguno de los dos sabe lo que está por venir. Ninguno de los dos tienen la mínima idea del daño que se causarán el uno al otro. ¿Por qué? Porque están ciegos.... ciegos de amor.
_
RT AQUÍ si quieres que te avise para el próximo capítulo.
Apedrearme, torturarme, matarme.... lo siento de verdad, siento haceros esperar tanto para esta puta mierda de capítulo. Me siento mal, en serio...
Pff, que soy una hija de puta y pos eso, que no os merezco. Si dejáis de leerla lo entenderé, espero que algún día me perdonéis...
Un besaco y gracias por vuestra paciencia.
Donna ♥