viernes, 14 de febrero de 2014

Capítulo 16 (Primer capítulo / 2ª Temporada)

5 años después...

Jade no deja de reír escandalosamente, mientras que yo me ocupo de hacerla reír con mis cosquillas.
Oigo también las risas de los enanos viendo a su madre riendo. 
—¡Justin para por favor!—grita para seguir riendo. Paro de hacerle cosquillas y beso muchas veces su mejilla.—Ay.—suspira y me quedo sentado frente a ella.—Eres una mala persona.—con sus dos manos limpia sus mejillas empapadas.
Miro a los chicos y los veo mirándonos a los dos. 
—Y vosotros qué miráis enanos.—me miran los dos y ríen fuerte. 
—Mami está llorando.—dice Patri tapando su boca con sus dos pequeñas manos. Frunzo el ceño y sonrío a la vez.
—Pero eso es porque le encanta que le haga cosquillas por la noche.—miro a mi chica por el rabillo del ojo y veo que me mira arqueando las cejas.



—A dormir ya.—arropo bien a mi enana.
—No quiero dormir, quiero estar con vosotros.—se queja y frunce sus cejas.
—Cariño es muy tarde y mañana la tita Helen os lleva al cole.—acaricio su pelo rubio y bufa.
Beso su frente y me levanto, voy hacia Logan, que está sentado en el filo de su cama con la cabeza gacha.
Frunzo mi ceño y me siento a su lado.
—¿Qué ocurre campeón?—revuelvo su pelo castaño y me mira. Se encoge de hombros.—Venga, a dormir enano.—destapo la cama y él se mete dentro de ésta.—¿Te falta una sesión de cosquillas de papá?—sonríe y niega con la cabeza.—Bueno, entonces a descansar moco.—beso su mejilla y revuelvo una última vez su pelo. 

·

Miro por la ventana, para captar algo que no está en su sitio. Nada. Me giro y voy hacia la cama, donde está Jade sentada jugando nerviosamente con los dedos de sus manos.
Me siento a su lado y me mira.
—¿Pasa algo?—agarro su mano derecha y la llevo a mi boca, depositando un beso.
Suspira y se levanta, para ponerse en mi regazo, abrazándome fuerte. Le sigo el abrazo, sin entender qué pasa.
—Jade, nena, ¿qué ocurre mi reina?—beso su hombro y oigo cómo solloza.—Reina, ¿qué pasa? ¿Por qué lloras?—la separo de mí y la obligo a mirarme.
—Que todo nos sale mal...—niega con la cabeza.—No quiero tener esta vida, tener que esconder a mi chico todo el jodido día porque es un preso al que buscan sin parar.—su voz me parte el alma de pedazos.
Humedezco mis labios y trago saliva a duras penas.
—Quiero que estés feliz, y voy a hacer todo lo posible por verte sonreír, por verte cómoda. No quiero que tengas miedo alguno, porque no hay que tenerlo.—intento calmarla.—Confía en mí, voy a intentar que todo vaya bien.—asiente y me da un casto beso en los labios.
—No quiero que les pase nada a Logan y a Patri...—me mira fijamente a los ojos.
—No les va a pasar nada. Joder Jade, confía en mí. Por favor.—suspiro y asiente.
—Lo siento.—murmura y limpia las últimas lágrimas de sus mejillas. 
Beso cada mejilla y luego atrapo sus labios. Ella entreabre sus labios, perfecto para que mi lengua se adapte a la suya y nuestras bocas encajen a la perfección.
Dejo de recorrer cada rincón de su boca con mi lengua, y bajo a su delicioso cuello. Muerdo y succiono en su punto débil y suelta un gemido, tirando de mi pelo.
—Justin.—murmura débil. Sonrío y vuelvo a sus labios, pero no los beso. Me mantengo ahí, quieto, nuestros alientos se mezclan y puedo oír su corazón bombear con fuerza.
—¿Aún te pongo nerviosa?—voy hacia su hombro y lo beso, lo muerdo...
—Como el primer día.—gime.
Levanto su camiseta del pijama y cuando voy a devorar uno de sus pechos, la puerta se abre.
—Mami...—le bajo rápidamente la camiseta y se levanta de encima mía. Miro hacia la puerta, viendo a Logan con la pipa(dedo pulgar) en su boca. 
—Oh cariño, ¿qué te pasa?—Jade va hacia el y lo coge en brazos.
—No puedo dormir.—Jade me mira y se encoge de hombros. Suspiro y asiento.
Se sienta en la cama con el enano en brazos.
—Me voy a duchar.—asiente y me levanto, saliendo de la habitación.

·

Me deshago de mis pantalones y de mis bóxer, dejándolo en la tapa del váter. 
Entro en la ducha y cierro la mampara. Abro el grifo y el agua templada empieza a caer por mi cuerpo, relajándome.

Narra Jade.

Dejo a Logan dormido en la cama y me levanto de ésta con cuidado.
Salgo de la habitación y voy directa al baño. Muerdo mi labio al escuchar la ducha y abro lentamente la puerta, entro y cierro nuevamente, esta vez hecho el pestillo.
Veo por la mampara el precioso cuerpo de mi chico y me paro en su trasero, esos dos caparazones... dios.
Me desnudo rápido y me acerco hacia la ducha. Me meto con cuidado y lo rodeo por atrás, abrazándolo fuerte y pegándome a él.
—Jade...—susurra. Pronto el agua cae sobre mí, beso su espalda.
—Logan se quedó dormido...—susurro yo esta vez.
Se gira y se queda frente a mí, pegado completamente con mi cuerpo. Una sonrisa traviesa aparece en sus labios regordetes. 
Pongo mis brazos en sus hombros y en un movimiento rápido me coge a horcajadas, haciéndome gemir al tocar su torso desnudo con mi feminidad.
—Mi traviesa Jade, ¿qué haría yo sin ti?—el agua cae sobre nosotros, pero no molesta. Sonrío y le doy un casto beso en los labios.
—Nada, seguirías estando entre rejas.—ríe amargamente.
—Cumpliendo condena, qué pereza.—hace una mueca y sonrío de lado.—Pero es que mi chica tenía a dos mocosos en su vientre, y yo ni siquiera lo sabía.—besa mi hombro derecho y empiezo a jugar con su pelo mojado y suave.
—Dos mocosos que te sacan sonrisas todos los días.—murmuro y sus comisuras tiran a una sonrisa. Asiente y atrapa mis labios, sin perder tiempo, noto mi espalda fría, ya que me acaba de apoyar en la pared de la ducha. Deja mi boca y empieza a besar mi cuello, besarlo y succionarlo. Gimo y tiro de su corto pelo que tanto me gusta.
Gruñe agarra uno de mis pechos, masajeándolo con cuidado, haciéndome gemir.
Me separa un poco de él, aún cogiéndome en brazos. Veo como agarra su pene y lo mete dentro de mí en un segundo. Antes de que pudiera gritar, ya está explorando en mi boca con su suave lengua.
Agarro su pelo y tiro de éste. Haciéndolo gruñir en mi boca.
Empieza a salir y a entrar en mi vagina lentamente. Nos separamos y nos miramos a los ojos.
—Estás tan cerrada.—dice entre gemidos. Muerdo mi labio y hecho mi cabeza hacia atrás notando cómo un cosquilleo empieza desde mi feminidad y se esparce por todo mi cuerpo como polvo mágico. 
Mi espalda se arquea por sí sola al notar el orgasmo cerca. Justin no deja de moverse y de besar mi cuello, mis clavículas...
Él llega al orgasmo, soltando un gemido en mi oreja derecha, haciendo que yo también llegara y me apretase contra él, conteniendo un grito de placer.

·

Termino de secar su pelo con la toalla y me sonríe a través del espejo.
—¿Y esa sonrisa?—frunzo el ceño. Dejo la toalla en el lavabo y empiezo a peinar su pelo con mis dedos.
—No, nada.—sacude levemente su cabeza. Deshago mi ceño fruncido y se levanta del taburete.
—Oh, dímelo. Me dejaste intrigada Bieber.—bufo.
Suelta una leve carcajada y se gira, mirándome. Se apoya en el lavabo.
—No es nada Jade, ¿qué te dejó intrigada? ¿Que sonriera al ver a mi niña secándome el pelo? Me tratas como a un niño pequeño.—una sonrisa preciosa se mantiene firme en sus labios.
Sonrío y doy dos pasos hacia él, quedando pegada a él.
—Eres tan rico cuando quieres.—paso mis manos por su abdomen al desnudo.
—Tú sacas este lado mío.—se encoge de hombros y me envuelve en sus brazos. Besa la parte superior de mi cabeza y me aferra a él.—Te quiero.
—Yo más.—le sigo el abrazo, pasando mis brazos por su fina cintura.

Narra Justin.

—Justin, ven aquí mi amor.—corro hacia mamá, y me coge en brazos.—Aunque papá ya no esté, sabes que siempre te quiso mucho, ¿verdad?—asiento.—Él te querría ver sonreír siempre mi niño. Nunca quites esa hermosísima sonrisa de tu rostro. Nunca mi vida.—besa mi mejilla y sonrío.

*

—¡Mami! ¡Mami despierta!—grito sin parar. Moviendo el cuerpo de mamá en el suelo. Noto mis labios salados, serán las gotitas que caen de mis ojos.
—Oh hijo, la puta de tu madre está muerta. ¿Ves la sangre de su cabeza? Eso es una hemorragia pequeñajo.—dice el hombre que pegó a mamá, haciéndola caer y haciéndole pupa en la cabeza con la mesa. Ríe, pero no cuando te cuentan algo gracioso...
—¡No, ella no está muerta!—niego con la cabeza y con mis manos cerradas en puños, seco mi cara mojada.—Mami.—susurro. Me duele la cabeza y la garganta. Sólo mami sabe curarme.
El hombre sale de casa y Roc corre hacia mí, cogiéndome en brazos, alejándome de mamá.
—¡No, suéltame! ¡Tenemos que llevar a mamá al hospital!—lloriqueo pataleando sin parar.
—Justin, para hijo. Por favor.—me rindo y me lleva a mi habitación, dejándome en mi cama. Se sienta a mi lado, y veo como él también tiene su cara mojada, pero también tiene sangre.—Escúchame pequeño.—me seca las mejillas con sus dedos.—Todo va a estar bien. Tu mami está bien, pero ya no está con nosotros.—cierro mis ojos y me tapo las orejas con mis dos manos.
—¡No, mi mami sigue conmigo! ¡Quiero ir con ella!—aprieto fuerte los ojos.
—Justin, ¡Justin! Mírame.—abro los ojos y me agarra los brazos.—Todo va a salir bien, confía en mi campeón.—me abalanzo a él, abrazándolo fuerte.
—Quiero a mi mami.—susurro.
—Lo sé hijo, lo sé... Yo también.—me acaricia la cabeza.

Abro los ojos, me inclino, así quedando sentado en la cama. Mi respiración es acelerada y noto como mi corazón bombea la sangre a toda hostia.
—¿Justin?—la voz adormilada de Jade suena a mi lado. Mis mejillas están mojadas a causa de mis lágrimas.—Justin, ¿qué pasa?—sacudo mi cabeza, lágrimas salen de mis ojos sin aviso antes a mi cerebro.—Dios mío, ¿qué te pasa?—no sale palabra alguna de mi boca, no puedo articular ninguna.—¡Justin! ¡Reacciona!—me mece unas veces, mi garganta quema y en mis ojos no dejan de llover.
—No me pude despedir de ella.—murmuro con la voz rota.
—¿De quién?—noto la preocupación en su voz.
—Mi mami.—sorbo mi nariz.
—Oh mi vida.—y me derrumbo cuando me envuelve en sus delgados brazos.—Ya está cariño, tranquilízate.—besa mi frente. Sollozo en su hombro.
—No le dije te quiero. No se lo hice saber Jade, fui tan mal hijo.
—No digas eso mi niño.—me separa de ella y me agarra por las mejillas.—Nunca vuelvas a decir eso Justin. Eras muy pequeño, no podías controlar lo que pasaba. Cálmate mi vida.—con sus pulgares, aparta algunas lágrimas de mis ojeras empapadas.
Mi labio inferior tiembla, Jade me mira con sus labios escondidos en su boca, y noto que tiene miedo.
—¿Quieres que te traiga algo?—su voz tiembla. Niego con mi cabeza y me envuelve de nuevo en sus finos brazos.—No te comas más la cabeza Justin, por favor. Tu madre seguro que sabía perfectamente lo que su niño la quería un montón.—besa mi mejilla y me derrumbo en sus brazos, sollozando.—Te quiero.—susurra en mi oído.

Narra Jade.

Acaricio su pelo desaliñado y suspiro al verlo con su ceño fruncido, como si tuviese miedo.
Deposito un beso en su mejilla roja y me tumbo, quedándome dormida a base de acariciar su precioso pelo.

Narradora

Ninguno de los dos sabe lo que está por venir. Ninguno de los dos tienen la mínima idea del daño que se causarán el uno al otro. ¿Por qué? Porque están ciegos.... ciegos de amor.

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RT AQUÍ si quieres que te avise para el próximo capítulo.

Apedrearme, torturarme, matarme.... lo siento de verdad, siento haceros esperar tanto para esta puta mierda de capítulo. Me siento mal, en serio...

Pff, que soy una hija de puta y pos eso, que no os merezco. Si dejáis de leerla lo entenderé, espero que algún día me perdonéis...

Un besaco y gracias por vuestra paciencia.

Donna ♥

jueves, 5 de diciembre de 2013

Capítulo 15 (Final de temporada)

Narradora.

(5 meses después)

Justin memoriza las cuatro salidas que tiene sin que los guardias se den cuenta. Mientras que Jade está en el ginecólogo, para ver si todo va bien.
La cosas para los dos están algo tensas, Justin cree que todo puede irse a la mierda con tan sólo un mal paso, y es verdad.
Jade está nerviosa, no sabe si el bebé puede venir bien o mal. Todo depende de ella, ella es la que tiene que cuidarlo desde el momento en que se quedó embaraza. Helen a su lado le dice con una sonrisa que todo estará bien.

Narra Jade.


Trago saliva, realmente tengo miedo de lo que el médico pueda decirme del bebé. Él sólo mueve el transductor por mi tripa y mira hacia la pantalla fijamente sin pestañear.

—¿Ocurre algo?—me atrevo a preguntar. Me mira y sonríe.
—No, tranquila. Sino que... hay algo que escucho que no me cuadra.—vuelve a mirar a la pantalla y mueve el transductor al otro lado de mi tripa.
—¿Qué oye?—pregunta Helen curiosa.
—Parece como eco el latido del corazón.—dice con su ceño fruncido.—Haber...—mueve un poco más el transductor y sonríe.—Vaya. Ahí estabas escondido.—ríe cálidamente.
Me mira.
—Jade, no me di cuenta en la anterior "eco" de que tu pequeño tiene un compañero ahí dentro.—mi corazón se para unos segundos.
—¿Cómo?—miro a Helen, la cual está igual que yo.
—Enhorabuena, vas a ser mamá de mellizos.

Me cago en la puta.


Narra Justin.


Hago 30 dominadas y bajo de un salto. Miro a los lados, parece que los guardias se han ido a su hora de descanso. Cómo lo agradezco.

Casi todos los que están en la cárcel hacen pesas y demás, mientras que yo, disimuladamente ando hacia la grandes verjas electrificadas para que no nos escapemos.
Rasco mi nariz y me quito la camiseta interior que me pongo bajo el uniforme. Arranco un trozo de la tela de ésta y me lo amarro a la mano. Arranco otro trozo y hago lo mismo con mi otra mano.
Miro si alguien me está viendo, y no, nadie se da cuenta. De puta madre.
Me pongo bien el uniforme, me aseguro de que estoy bien cubierto. Estoy temblando ahora mismo, con tan sólo un calambrazo, ya me puedo ir a directo al infierno.
Respiro hondo y me relajo, estiro bien mis brazos y mis piernas y cojo lo que queda de camiseta, rompiéndolo en dos y con los trozos pongo con cuidado mis manos en la verja. 
No me lo pienso dos veces y empiezo a subir, sin hacer mucho ruido. Pero suena igual, joder...
—¡Eh! ¡Mirad a ese cabrón!—oigo como grita uno. 
Empiezo a subir más rápido y oigo como se empieza a montar un barullo debajo mía. 
Llego arriba del todo y trago saliva. Venga Justin, un calambre de nada no te irá tan mal... ¿no?
Me incorporo y me impulso, noto el calambre en mi pierna y gruño, tensando mi mandíbula. Bajo un poco por la otra parte, con la pierna hecha mierda y salto sin pensármelo más.
Me levanto, con la mano en la costilla. O me la he roto, o el "crack" que sonó fue mi imaginación.
—¡Eh, Bieber! ¡Corre que van a venir los guardias!—grita el negro al que le rompí el brazo, Michael. Me cayó bien al final..
Asiento y empiezo a correr, olvidándome de que me duele la pierna y el costado.

Voy a por ti Jade, espero que no me guardes rencor después de todo mi reina...


·


Corro hacia la casa de Helen y llamo varias veces a la puerta. Todavía me persiguen. 

—¡Va, joder!esa voz...
La puerta se abre y no le da tiempo a hablar. Le tapo la boca a Jade y entro en la casa, para cerrarla al momento. 
La miro y sus ojos están clavados en mí, están empañados en lágrimas.
—Shhh.—oigo cómo los tíos se van diciendo palabrotas a reventar. Sonrío y suelto a Jade.
—¡¿Estás loco?!—grita como una histérica.
—Hola a ti también cielo.—sonrío.
—¡¿Cómo se te ocurre escaparte de la jodida cárcel?! ¡Lo has empeorado todo!—las lágrimas poco tardan en resbalar por sus mejillas.
—Jade, no aguantaba un puto minuto más allí encerrado, tenía que verte.—murmuro. La miro de arriba abajo, y joder si está gorda.—Estás preciosa.—me acerco a ella y ahueco sus mejillas con mis manos. Mira hacia abajo, pero la obligo a mirarme.
—Te eché de menos.—susurra mirándome fijamente a los ojos. Sonrío.
—Yo a ti también. A los dos.—acaricio su mejilla derecha. Humedece sus labios y veo como se tensa. Frunzo el ceño.—¿Qué ocurre?
—Justin, hoy fui al ginecólogo.
—¿Hay algo mal? ¿El bebé está bien?—mi corazón empieza a latir con brusquedad. Sonríe y niega con la cabeza.
—No pasa nada, el bebé está genial.
—¿Entonces? ¿A qué viene tanto misterio?—frunzo mi ceño.
Se queda un minuto en silencio, cuando...
—Justin, ¿te gustan los niños pequeños?—niego con la cabeza. Arquea una ceja.—Pues si me quieres, vas a tener que cuidar de nosotros tres.—acaricia su barriga y el corazón me da un vuelco.
—¿Cómo que a los tres?—trago saliva como puedo.
—Justin, vamos a tener mellizos.—dice mordiendo su labio y con una expresión de miedo.
El aire se va por completo de mis pulmones. 
—¿Dos niños?—froto mi nuca. Asiente y muerdo mi labio. Cuando suena algo y Jade palidece. Miro al suelo y está empapado.—¿Te acabas de mear?—frunzo mi ceño.
—No... He roto aguas.—murmura. 
—Oh mierda.
—Justin me tienes que ayudar. No puedo ir a ningún hospital, porque no podrías venir tú.
—Pero Jade, yo no tengo ni puta idea de esto. Es mejor ir a un hospital. Y-
—¡Ayúdame!—grita y asiento. 

·


—Joder, aquí hay mucha sangre.—hago una arcada.

—¡No eres nuevo en esto de la sangre!—grita histérica. 
—Toma, agarra mi mano. Cuando te duela aprietas.—le cojo la mano y empieza a apretar.—¡Me vas a cortar la circulación!—grito. Pero no hace caso.
Le doy un cojín y lo aprieta, dejando mi mano libre.
Empiezo a ver una cabeza, supongo. Trago saliva y suspiro.
—Empuja reina. Vamos, ya está saliendo uno.—grita fuerte, y veo como sale un poco más, con mis manos temblorosas lo agarro por los hombros con cuidado.—Empuja, ¡empuja!—ella es lo que hace. Empujar y respirar excitada.
Hasta que por fin sale, el pequeño estalla en un llanto que me hace sonreír. Lo cubro con una mantita y corto el cordón con miedo.
Limpio un poco su carita y lo dejo con cuidado en la cama a mi lado. Aunque no deja de llorar...
—Vamos. Lo estás haciendo muy bien bonita.
—¡No puedo! ¡Me duele mucho Justin!—muerdo mi labio.
—Lo sé, pero tú puedes mi niña. Vamos.—la animo, y empuja soltando un grito de dolor que me ha dolido hasta a mí.
Agarro al pequeño y Jade vuelve a empujar, haciendo que éste salga del todo y yo haga lo mismo que con el otro.
Pero no llora. El corazón se me para y empiezo a mecerlo, para que reaccione.
—¿Qué pasa?—oigo la voz débil de Jade.
—No, no respira.—mi voz tiembla a la vez que mi cuerpo. 
—¿Cómo?—su voz es de angustia. Y se me ocurre en darle un cate no muy fuerte, y es ahí cuando rompe en un llanto. 
Suspiro aliviado y Jade se deja caer agotada en la cama.
—Nena...
—Mmm.
La puerta se escucha y luego unas llaves cayendo en el jarrocito.
—¡Jade, ya vine!—la voz de Helen suena, antes de que ella aparezca en la habitación y se quede en shock.—¡¿Ya?! ¡¿Justin?! ¿Qué?
—Preguntas luego, llama a una ambulancia, vamos.—digo y ella asiente sacando su móvil...

·

Escucharla durante el final.
Llevo 2 horas esperando a que vuelvan, siento un cosquilleo en mi barriga.

Acabas de ser padre de mellizos, supongo que eso tiene algo que ver.
Oigo la cerradura de la puerta y me levanto, asomándome y viéndolas entrar, cada una con un bebé en brazos.
—¿Estás mejor reina?—se acerca y le doy un beso en la frente. Asiente leve y entramos al salón.
—Toma Justin, tengo que ir a comprar todo.—Helen me cede al bebé y lo cojo.—Haber cuántas cosas compro.—lanza un beso a Jade y me da un pequeño apretón en el brazo, para luego irse.
Me siento al lado de Jade, mientras miro al bebé que tengo en mis brazos.
—Gracias—levanto la cabeza y la miro. Me mira sonriendo.—, por todo.
Sonrío y sacudo mi cabeza.
—Justin, mírale los ojos a esta pequeñina.—me acerca a la pequeña y miro sus ojos, quedándome de piedra. Tiene un ojo marrón y otro azul.
—Es preciosa, como su mami.—muerde su lengua sonriendo.
—Y rubia como su padre.—humedezco mis labios.—¿Cómo quieres que se llame?—pregunta con una sonrisa en sus labios.
—Como tú quieras.
—Pero yo veo bien elegirlos entre los dos, son nuestros hijos.
—Cualquier nombre le quedará bien.—le sonrío y me devuelve la sonrisa.
—Patricia.—frunzo mi ceño.—Tu madre se llamaba Patricia, vale que le llamasen Pattie, pero es un diminutivo. ¿No te gusta? Porque a mí me encanta.—no dejo de sonreír.
—Patricia le queda genial.
—Qué bonita es.—Jade besa a la pequeña en la frente y Patricia hace una pequeña mueca. 
—¿Y a este campeón?—acaricio la mejilla de mi hijo.
—Logan.—asiento y Jade me da un beso en la mejilla.—Tiene cara de Logan.—suelto una carcajada y niego con la cabeza.—Ouch, es la hora de darles de mamar.—se remanga la camiseta y baja una tira de su sujetador.
—Yo también quiero.—muerdo mi labio inferior. Me hace una peineta y río leve.
Patricia rápidamente se adapta el pezón de su madre, empezando a tomar la leche.
—Jade.—me mira.—Te quiero, mucho.—sonríe.
—Yo también te quiero, Justin. Más de lo que te podrías imaginar.—sonrío y me acerco más a ella, dándole un beso en los labios.
—Te voy a tratar como lo que eres, una reina. Pero no cualquier reina, mi reina.

Suelta una risita tímida y mi hijo rompe en un llanto.


Sé que tanta felicidad, nunca puede acabar bien... ¿Por qué lo sé? No sé, una parte de mí me grita a voces que me aleje de Jade. Pero la otra parte me dice que disfrute de mi nueva familia, que no abandone a mis hijos, que ellos no tienen culpa de nuestro error....

Pase lo que pase Jade, estaré aquí siempre, a tu lado. ¿Vale?—su preciosa sonrisa hace que inmediatamente sonría yo también.No me voy a volver a ir, te lo prometo. Os lo prometo.

                             "Nunca prometas cosas que nunca podrás cumplir..."

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RT AQUÍ si quieres que te avise para cuando suba la segunda temporada.

¡FIN! Primera temporada acabada. La segunda va a empezar como que todo es normal hasta que cuando menos os lo esperéis.... TODO se volverá patas arribas y el pasado volverá a ellos.

Bueeeeeeno, me encantaría que me dijerais qué os a parecido la primera temporada. Sé que es muy corta, pero bueno, mejor que acabarla para siempre en el capítulo 20, ¿no?

Gracias de verdad a las que me han leído desde el principio y a las que me han recomendado. De verdad es muy importante para mí que os gusten mis historias, todas las ideas las saco de pelis, series, ANUNCIOS, videoclips.... Estoy todo el jodido día pensando en qué escribir para esta novela o la otra, o la otra. Porque de verdad que no sé si os gusta mi imaginación macabra....

Pero bué, espero que os haya gustado la pequeña maratón. Os prometí que si llegaba el blog a las 10.000 visitas, había maratón. Pues aquí la tenéis.

Gracias a las que comentan en todos los capítulos que son MUY POCAS, pero bueno.... me basta. Aunque me gustaría saber las demás opiniones.

Un besaco y, ¡decid adiós a esta novela hasta el 2014!

Feliz año adelantado :'3

Donna Scars.

Capítulo 14

—Eres un cabrón.—masculla Rob. Mi sonrisa se mantiene firme.
—Bueno, un gángster no puede ser una bella persona, amigo mío.—muevo mis muñecas, debido a que me duelen a rabiar por las esposas.—Esta mierda tengo que quitármelas cuanto antes...—susurro.
—Mira, hijo de puta, la vida de mierda que le has dado a los demás, la vas a tener tú durante años. Es lo que te mereces, y me encargaré personalmente que te traten como a una puta mierda aquí, gilipollas.—se levanta y empiezo a reír. Me mira con su ceño fruncido.
—No se puede ir por la vida como tú, en serio Rob.—me levanto y ando hacia él.—La vida no es cómo tú la ves, capullo.—me paro frente a él.
—No te creas mejor que nadie, Bieber.—suspiro.
—No me lo creo.... lo soy.—y es ahí cuando lo agarro por la nuca y le doy la vuelta, ahogándolo con las esposas.—A mí, no me vuelvas a amenazar, porque un mierda como tú no merece ni mirarme a los ojos.—se resiste, intentando apartarme. Qué pena que no pueda.
La puerta se abre de golpe y aparecen cuatro policías.
—¡Suéltalo Bieber!—me apuntan con pistolas.
Suspiro y lo suelto, haciendo que caiga al suelo.
Vienen corriendo hacia mí y me agarran por las esposas y empujan por mi nuca mi cabeza, quedando con la mirada en el suelo completamente. Levanto la cabeza.
Veo como Rob se va, no sin antes mandarme una mirada asesina. Río para mis adentros.
—Ahora sí que la cagaste, te quedaste sin visitas.—mascullo uno riendo entre dientes.
—Oh, ¿aún puedes reírte, después de que toda tu puta familia esté muerta?—le provoco. Sí, conozco a cada uno de ellos, los estudié antes de hasta conocer a Jade..
Lo que recibo es un golpe con la porra en la pierna, haciendo que caiga al suelo como acto reflejo.
—Esto para mí no es nada para lo que me ha pasado.—río fríamente.
—Iros, quiero hablar con el gran Gángster.—reconozco esa voz.... Levanto la cabeza y veo que es el agente Mark.—Vamos, iros.—hacen caso y me levanto con su ayuda.—Siéntate Justin.
Me siento como antes y él empieza a dar vueltas.
—Habla...—digo cansado del silencio.
—Verás Justin... Sé que vas a ser padre, bastante joven pero, ¿y la madre? ¿Está sola?—mi corazón va disminuyendo su bombardeo...—¿Cuántos años tiene Jade?—se apoya en la mesa, mirándome fijamente.
—Dieciséis.—contesto en voz baja.
—¿La amas?
—¿Qué mierda es esto, tío?—me quejo.
—¿La amas?—repite.
—Sí.—sonríe ante mi respuesta.
—Dime Justin.... ¿No te gustaría estar ahora con ella? ¿Viendo cómo su barriga va creciendo? ¿Cómo dentro de ella se está creando una nueva vida? Una vida gracias a vosotros.—trago saliva a duras penas.—Justin yo soy padre, y créeme, es lo más bonito que te puede pasar en la vida. Tener un hijo con la persona a la que quieres.... Es precioso.—muerdo mi labio, conteniendo todo o que tengo dentro.—¿Vas a dejar a Jade sola en el parto?—lágrimas empiezan a pinchar tras mis ojos.—Una mujer sola en el parto.... Eso es muy duro, y más teniendo la edad que tiene. Puede tener complicaciones y puede que algo vaya mal, con su edad puede venir el bebé con problemas...—lágrimas caen de mis ojos, pero me las limpio al instante.
—A qué quieres llegar.—mascullo.
—Que podemos hacer un trato. Tú haces lo que yo te diga, y tú sales con la condicional de la cárcel, claro.... si trabajas para mí.—frunzo mi ceño.
—Es una trampa, ¿no?
—No, no es una trampa. He pensado estas semanas en lo que me dijiste, y tienes razón. Busqué y nunca has matado por matar, sino por defensa propia.—me sorprendo que haya buscado en vez de pasar de mí.—Veo que no eres un mal chico, sólo un niño asustado.—eso me sienta como una puñalada trapera.
—¡Ese jodido niño se quedó con su madre! ¡Al lado de su cuerpo muerto! ¡Llorando e intentando que su madre volviese a la vida!—grito levantándome de la silla.—¡Ese niño murió junto a su madre! ¡Porque el cabrón de Joseph se la cargó delante suya! ¿Qué clase de ser humano mata a una mujer delante de su hijo de 5 años?—la sangre me hierbe. ´
Mark se queda callado, sin saber qué hacer o decir. 
—Ya tenéis lo que queríais. Ahí lleváis mi mierda de infancia. Ahora llevarme de nuevo a mi celda, no quiero perder más el tiempo contigo o con otro gilipollas que me intente sacar más mierda.—suspiro.
—Justin, necesitamos información de tu infancia y de ahora para ver si podemos restarte años de cárcel. O simplemente trabaja para nosotros y te sacamos con la condicional.
—Ya no me puedo fiar de nadie.—niego con la cabeza, y me siento de nuevo en la silla.
Suspira y empieza a andar de nuevo de un lado a otro. Se para y me mira de lado.
—¿Y si te prometo que te daré la condicional si trabajas para nosotros? ¿Te fiarías?—niego con la cabeza.
—Hay tantas personas que me han prometido cosas estúpidas, que ya no me-
Mi mente cae en algo. 


"—Pero... tú me prometiste que no nos iban a separar nunca, y aunque nos separasen, vendrías a por mí y nos escaparíamos juntos.—sus ojos se aguan al instante.
—A veces, hago promesas estúpidas que no podré cumplir nunca. Te prometí una buena vida, cosa que nunca podré darte ni a ti ni a nadie."

—Ella ya no puede creer en mí.—susurro, frunciendo mi ceño y notando un ardor horroroso en mi interior.
—¿Qué?—Mark me mira confundido.
—¿Me daríais la condicional si trabajo para vosotros y te cuento todo? ¿Debería fiarme?—trago saliva, mirándolo por debajo de mis pestañas.
Asiente, parece sincero.
—Está bien.—me mira sorprendido y una sonrisa aparece en sus labios finos y secos.
—Bien, ahora te llevarán a tu celda, luego te mandarán a buscar y vendrá el oficial George para que le cuentes todo, ¿entendido?—frunzo mi ceño.
—Pero yo he confiado en ti, Mark. No en el oficial George. Yo te lo cuento a ti, Mark, no al oficial George.—me levanto de la silla al ver a dos agentes entrar y venir hacia mí.
—Estaré presente, ¿vale? Confía en mí Justin.—muerdo el interior de mi mejilla y asiento.—Bien, nos vemos luego.

Narra Jade.


—Estás como una vaca.—Helen ríe a mi lado, mirando mi vientre.

—Vete al carajo,estoy de tres meses, no más.—le pego con el cojín y ríe más fuerte.
Sonrío leve y me empiezo a hacer una trenza de lado. 
—Oye, ¿por qué no vas a visitar a Justin y lo arregláis?—trago saliva.
—Él no quiere verme, quiere que le olvide. Lo intentaré, y lo haré por él.—suspiro, mientras sigo entrelazando mechones de mi pelo con otros.
—Eres tonta, él seguramente querrá verte, querrá ver si el bebé sigue bien...—agarro la gomilla de mi muñeca y termino mi trenza.
—No voy a ir.—sonrío sin ganas.
—Eres tan testaruda.—mi amiga niega con la cabeza.—Y te recuerdo, que pasado-mañana es vuestro "aniversario".—un nudo se forma en mi garganta.
—Era nuestro "aniversario".—la corrijo y me encojo de hombros. Suelta un bufido, me mira incrédula.
—Es increíble que te hagas esto a ti misma. Justin sólo estaba enfadado, ¿crees que él no quiere verte más? ¿Crees que las promesas que te hizo, no las va a cumplir? Pues lo siento Jade, pero conozco a Justin desde que era un enano, y él cumple todo lo que promete.—se levanta del sofá y sale del salón.
Noto un ardor en mi garganta, trago saliva y ese ardor se esparce por todo mi cuerpo, dejándome casi inmóvil. Aunque sé que sólo es mi imaginación.

Algunas lágrimas logran escapar de mis ojos empapados... pero rápidamente me limpio las mejillas con la manga de mi camiseta. 

Te echo de menos...—le susurro a la nada...


Narra Justin.

—¿Mató a toda tu familia?—el oficial George pregunta, incrédulo ante mi historia...

Asiento lentamente.
—Uno a uno. No se dejó a ninguno el muy hijo de puta.—murmuro con la voz ronca. Mark niega con la cabeza y suspira... ¿aliviado? No sé.
—Cuéntanos todo lo que sepas sobre Joseph Justin, necesitamos saberlo todo.—George dice firmemente.
—Pues... No sabría por dónde empezar.—frunzo mi entrecejo.—Son tantos años por los que pasé investigando sobre él y sobre su familia...—un nudo se forma en mi garganta, por los jodidos nervios.
—¿Sabes todo sobre los Fiasco?—Mark añade con curiosidad.
—Sí.—contesto secamente.
—Por esto te necesitamos Justin, sabes todo sobre la gran mafia... Te necesitamos para atrapar a esos cabrones.—vuelve a hablar Mark.
Asiento.
—Pero una cosa te dejo clara, Gángster.—esta vez es George el que habla.—Si te damos la condicional, es para que trabajes para nosotros, para hacer el bien. No puedes irte a otro estado o a otro país macho.—dibujo una media sonrisa con mis labios.
—¿Qué tal si me la comes, George?—le enfrento. Tensa su mandíbula y miro a Mark, con su dedo índice en sus labios. Asiento y miro mis manos, unidas por las esposas en mis muñecas.
—¿Qué tengo que hacer, pues?—pregunto, mirando a George fijamente.
—Haces bien en preguntar muchacho.—contesta él.—Vas a hacer buenas migas con los Fiasco.
—¿Cómo?
—Ya sabes, vas a infiltrarte en la mafia Fiasco...—dice con tal tranquilidad.
—¿Qué mierda? ¡Me van a matar!—grito.
—Oh, ¿encima de salir de la cárcel, quieres salir vivo?—sonríe fríamente.—¿Después de cientos de asesinatos en estos 3 años, quieres irte tan campante?—arqueo las cejas.
—Mark... No me explicaste muy bien esto... ¿Tengo que elegir entre si salgo de aquí, muriéndome o quedarme aquí para luego cumplir condena y matarme igual?—digo confuso. 
—No, yo- Oficial usted no me dijo eso. Me dijo que podría salir sin problemas con la condicional y si nos hacia trabajos...—Mark está igual que yo...
—Este cabrón ha matado a mucha gente.—me señala.
—Este cabrón, ha salvado a muchas personas más del cabrón de Joseph. Sólo necesito que me saquéis para acabar con la maf-
—Déjate de gilipolleces, Bieber. No nos la vas a colar.—sonríe el muy gilipollas.
Van a salir, cuando...
—Os estáis equivocando.—canturreo sonriendo siniestramente. Se giran.—Ellos van a atacar cuando menos os lo esperéis. Ellos me quieren muerto, y no van a parar hasta verme agonizando del dolor y chorreando sangre en el suelo.—humedezco mis labios.—¿Sabéis qué? Es mejor dejarme salir por las buenas que por las malas...—los miro con mis ojos entrecerrados.
—¿Nos estás amenazando?—George se acerca a mí a paso ligero, poniéndose frente a mí.
—Tomadlo como queráis, sólo os estoy advirtiendo. Un chico de 19 años, no es menor por ser un niñato al lado de un agente de policía. Llevo desde pequeño viendo cadáveres, llevo desde los nueve años viendo cosas muy gores. Creerme, no es agradable, pero uno se acostumbra a ver cosas desagradables... Me sé muchos trucos con cómo usar la lengua de mi víctima. ¿Sabes por cuántos sitios de vuestro cuerpo puedo sacaros la lengua? Por cinco. Según mi teoría, claro.—muerdo mi labio, sonriendo triunfal.
—Maldito cabr-
—Shhh, no te conviene insultar a un gran Gángster.—pongo mi rostro serio.—Mantenerme aquí será peor George, le rompí el brazo a un negrata cabrón. De un sólo rodillazo, ¿crees que no voy a hacer más cosas? Puede que peores, oficial.—suelto una risa sarcástica.—Sólo se lo digo por la seguridad de sus agentes. No me gustaría dejar a niños huérfanos de padre y a pobres mujeres viudas.—su rostro palidece.
—Qué quieres.—murmura.
—Que me dejéis salir con la condicional. Que como no me dejéis en paz de una puta vez, me follo a la preciosa Melody. Está tan grande y tan.... arrg.—muerdo mi labio, provocándolo. Me agarra por el uniforme con fuerza.
—No tendrías huevos.—se nota su ira por sus ojos marrones.
—Los tengo aquí colgando, y los tendrá tu hija botando en la barbilla si no me dejáis hacer mis cosas tranquilito, George.—me suelta con fuerza.—Me habéis jodido todos los planes. Por vuestra culpa perdí millones de dólares, me va a costar mucho recuperarlo todo.... Y si a mí me costará recuperar la pasta, a vosotros os costará mucho vivir con el miedo de que yo me cargue a vuestras jodidas familias.—digo con la voz ronca y grabe.
—No vamos a caer en tu hoyo, Bieber. Lema de un policía: "Nunca te fíes de las palabras de un Gángster guapo."
—Oh, me alagas George.—río amargamente.—Pero pensad bien en lo de vuestras familias, en la seguridad de vuestras hijas adolescentes preciosas, pensad en que tenéis encerrado a un tipo capaz de arrancarle los huevos a cualquier tío con la puta mano.—les guiño un ojo y me levantan dos agentes a fuerza, sacándome de allí y llevándome a mi celda. 

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