jueves, 5 de diciembre de 2013

Capítulo 15 (Final de temporada)

Narradora.

(5 meses después)

Justin memoriza las cuatro salidas que tiene sin que los guardias se den cuenta. Mientras que Jade está en el ginecólogo, para ver si todo va bien.
La cosas para los dos están algo tensas, Justin cree que todo puede irse a la mierda con tan sólo un mal paso, y es verdad.
Jade está nerviosa, no sabe si el bebé puede venir bien o mal. Todo depende de ella, ella es la que tiene que cuidarlo desde el momento en que se quedó embaraza. Helen a su lado le dice con una sonrisa que todo estará bien.

Narra Jade.


Trago saliva, realmente tengo miedo de lo que el médico pueda decirme del bebé. Él sólo mueve el transductor por mi tripa y mira hacia la pantalla fijamente sin pestañear.

—¿Ocurre algo?—me atrevo a preguntar. Me mira y sonríe.
—No, tranquila. Sino que... hay algo que escucho que no me cuadra.—vuelve a mirar a la pantalla y mueve el transductor al otro lado de mi tripa.
—¿Qué oye?—pregunta Helen curiosa.
—Parece como eco el latido del corazón.—dice con su ceño fruncido.—Haber...—mueve un poco más el transductor y sonríe.—Vaya. Ahí estabas escondido.—ríe cálidamente.
Me mira.
—Jade, no me di cuenta en la anterior "eco" de que tu pequeño tiene un compañero ahí dentro.—mi corazón se para unos segundos.
—¿Cómo?—miro a Helen, la cual está igual que yo.
—Enhorabuena, vas a ser mamá de mellizos.

Me cago en la puta.


Narra Justin.


Hago 30 dominadas y bajo de un salto. Miro a los lados, parece que los guardias se han ido a su hora de descanso. Cómo lo agradezco.

Casi todos los que están en la cárcel hacen pesas y demás, mientras que yo, disimuladamente ando hacia la grandes verjas electrificadas para que no nos escapemos.
Rasco mi nariz y me quito la camiseta interior que me pongo bajo el uniforme. Arranco un trozo de la tela de ésta y me lo amarro a la mano. Arranco otro trozo y hago lo mismo con mi otra mano.
Miro si alguien me está viendo, y no, nadie se da cuenta. De puta madre.
Me pongo bien el uniforme, me aseguro de que estoy bien cubierto. Estoy temblando ahora mismo, con tan sólo un calambrazo, ya me puedo ir a directo al infierno.
Respiro hondo y me relajo, estiro bien mis brazos y mis piernas y cojo lo que queda de camiseta, rompiéndolo en dos y con los trozos pongo con cuidado mis manos en la verja. 
No me lo pienso dos veces y empiezo a subir, sin hacer mucho ruido. Pero suena igual, joder...
—¡Eh! ¡Mirad a ese cabrón!—oigo como grita uno. 
Empiezo a subir más rápido y oigo como se empieza a montar un barullo debajo mía. 
Llego arriba del todo y trago saliva. Venga Justin, un calambre de nada no te irá tan mal... ¿no?
Me incorporo y me impulso, noto el calambre en mi pierna y gruño, tensando mi mandíbula. Bajo un poco por la otra parte, con la pierna hecha mierda y salto sin pensármelo más.
Me levanto, con la mano en la costilla. O me la he roto, o el "crack" que sonó fue mi imaginación.
—¡Eh, Bieber! ¡Corre que van a venir los guardias!—grita el negro al que le rompí el brazo, Michael. Me cayó bien al final..
Asiento y empiezo a correr, olvidándome de que me duele la pierna y el costado.

Voy a por ti Jade, espero que no me guardes rencor después de todo mi reina...


·


Corro hacia la casa de Helen y llamo varias veces a la puerta. Todavía me persiguen. 

—¡Va, joder!esa voz...
La puerta se abre y no le da tiempo a hablar. Le tapo la boca a Jade y entro en la casa, para cerrarla al momento. 
La miro y sus ojos están clavados en mí, están empañados en lágrimas.
—Shhh.—oigo cómo los tíos se van diciendo palabrotas a reventar. Sonrío y suelto a Jade.
—¡¿Estás loco?!—grita como una histérica.
—Hola a ti también cielo.—sonrío.
—¡¿Cómo se te ocurre escaparte de la jodida cárcel?! ¡Lo has empeorado todo!—las lágrimas poco tardan en resbalar por sus mejillas.
—Jade, no aguantaba un puto minuto más allí encerrado, tenía que verte.—murmuro. La miro de arriba abajo, y joder si está gorda.—Estás preciosa.—me acerco a ella y ahueco sus mejillas con mis manos. Mira hacia abajo, pero la obligo a mirarme.
—Te eché de menos.—susurra mirándome fijamente a los ojos. Sonrío.
—Yo a ti también. A los dos.—acaricio su mejilla derecha. Humedece sus labios y veo como se tensa. Frunzo el ceño.—¿Qué ocurre?
—Justin, hoy fui al ginecólogo.
—¿Hay algo mal? ¿El bebé está bien?—mi corazón empieza a latir con brusquedad. Sonríe y niega con la cabeza.
—No pasa nada, el bebé está genial.
—¿Entonces? ¿A qué viene tanto misterio?—frunzo mi ceño.
Se queda un minuto en silencio, cuando...
—Justin, ¿te gustan los niños pequeños?—niego con la cabeza. Arquea una ceja.—Pues si me quieres, vas a tener que cuidar de nosotros tres.—acaricia su barriga y el corazón me da un vuelco.
—¿Cómo que a los tres?—trago saliva como puedo.
—Justin, vamos a tener mellizos.—dice mordiendo su labio y con una expresión de miedo.
El aire se va por completo de mis pulmones. 
—¿Dos niños?—froto mi nuca. Asiente y muerdo mi labio. Cuando suena algo y Jade palidece. Miro al suelo y está empapado.—¿Te acabas de mear?—frunzo mi ceño.
—No... He roto aguas.—murmura. 
—Oh mierda.
—Justin me tienes que ayudar. No puedo ir a ningún hospital, porque no podrías venir tú.
—Pero Jade, yo no tengo ni puta idea de esto. Es mejor ir a un hospital. Y-
—¡Ayúdame!—grita y asiento. 

·


—Joder, aquí hay mucha sangre.—hago una arcada.

—¡No eres nuevo en esto de la sangre!—grita histérica. 
—Toma, agarra mi mano. Cuando te duela aprietas.—le cojo la mano y empieza a apretar.—¡Me vas a cortar la circulación!—grito. Pero no hace caso.
Le doy un cojín y lo aprieta, dejando mi mano libre.
Empiezo a ver una cabeza, supongo. Trago saliva y suspiro.
—Empuja reina. Vamos, ya está saliendo uno.—grita fuerte, y veo como sale un poco más, con mis manos temblorosas lo agarro por los hombros con cuidado.—Empuja, ¡empuja!—ella es lo que hace. Empujar y respirar excitada.
Hasta que por fin sale, el pequeño estalla en un llanto que me hace sonreír. Lo cubro con una mantita y corto el cordón con miedo.
Limpio un poco su carita y lo dejo con cuidado en la cama a mi lado. Aunque no deja de llorar...
—Vamos. Lo estás haciendo muy bien bonita.
—¡No puedo! ¡Me duele mucho Justin!—muerdo mi labio.
—Lo sé, pero tú puedes mi niña. Vamos.—la animo, y empuja soltando un grito de dolor que me ha dolido hasta a mí.
Agarro al pequeño y Jade vuelve a empujar, haciendo que éste salga del todo y yo haga lo mismo que con el otro.
Pero no llora. El corazón se me para y empiezo a mecerlo, para que reaccione.
—¿Qué pasa?—oigo la voz débil de Jade.
—No, no respira.—mi voz tiembla a la vez que mi cuerpo. 
—¿Cómo?—su voz es de angustia. Y se me ocurre en darle un cate no muy fuerte, y es ahí cuando rompe en un llanto. 
Suspiro aliviado y Jade se deja caer agotada en la cama.
—Nena...
—Mmm.
La puerta se escucha y luego unas llaves cayendo en el jarrocito.
—¡Jade, ya vine!—la voz de Helen suena, antes de que ella aparezca en la habitación y se quede en shock.—¡¿Ya?! ¡¿Justin?! ¿Qué?
—Preguntas luego, llama a una ambulancia, vamos.—digo y ella asiente sacando su móvil...

·

Escucharla durante el final.
Llevo 2 horas esperando a que vuelvan, siento un cosquilleo en mi barriga.

Acabas de ser padre de mellizos, supongo que eso tiene algo que ver.
Oigo la cerradura de la puerta y me levanto, asomándome y viéndolas entrar, cada una con un bebé en brazos.
—¿Estás mejor reina?—se acerca y le doy un beso en la frente. Asiente leve y entramos al salón.
—Toma Justin, tengo que ir a comprar todo.—Helen me cede al bebé y lo cojo.—Haber cuántas cosas compro.—lanza un beso a Jade y me da un pequeño apretón en el brazo, para luego irse.
Me siento al lado de Jade, mientras miro al bebé que tengo en mis brazos.
—Gracias—levanto la cabeza y la miro. Me mira sonriendo.—, por todo.
Sonrío y sacudo mi cabeza.
—Justin, mírale los ojos a esta pequeñina.—me acerca a la pequeña y miro sus ojos, quedándome de piedra. Tiene un ojo marrón y otro azul.
—Es preciosa, como su mami.—muerde su lengua sonriendo.
—Y rubia como su padre.—humedezco mis labios.—¿Cómo quieres que se llame?—pregunta con una sonrisa en sus labios.
—Como tú quieras.
—Pero yo veo bien elegirlos entre los dos, son nuestros hijos.
—Cualquier nombre le quedará bien.—le sonrío y me devuelve la sonrisa.
—Patricia.—frunzo mi ceño.—Tu madre se llamaba Patricia, vale que le llamasen Pattie, pero es un diminutivo. ¿No te gusta? Porque a mí me encanta.—no dejo de sonreír.
—Patricia le queda genial.
—Qué bonita es.—Jade besa a la pequeña en la frente y Patricia hace una pequeña mueca. 
—¿Y a este campeón?—acaricio la mejilla de mi hijo.
—Logan.—asiento y Jade me da un beso en la mejilla.—Tiene cara de Logan.—suelto una carcajada y niego con la cabeza.—Ouch, es la hora de darles de mamar.—se remanga la camiseta y baja una tira de su sujetador.
—Yo también quiero.—muerdo mi labio inferior. Me hace una peineta y río leve.
Patricia rápidamente se adapta el pezón de su madre, empezando a tomar la leche.
—Jade.—me mira.—Te quiero, mucho.—sonríe.
—Yo también te quiero, Justin. Más de lo que te podrías imaginar.—sonrío y me acerco más a ella, dándole un beso en los labios.
—Te voy a tratar como lo que eres, una reina. Pero no cualquier reina, mi reina.

Suelta una risita tímida y mi hijo rompe en un llanto.


Sé que tanta felicidad, nunca puede acabar bien... ¿Por qué lo sé? No sé, una parte de mí me grita a voces que me aleje de Jade. Pero la otra parte me dice que disfrute de mi nueva familia, que no abandone a mis hijos, que ellos no tienen culpa de nuestro error....

Pase lo que pase Jade, estaré aquí siempre, a tu lado. ¿Vale?—su preciosa sonrisa hace que inmediatamente sonría yo también.No me voy a volver a ir, te lo prometo. Os lo prometo.

                             "Nunca prometas cosas que nunca podrás cumplir..."

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RT AQUÍ si quieres que te avise para cuando suba la segunda temporada.

¡FIN! Primera temporada acabada. La segunda va a empezar como que todo es normal hasta que cuando menos os lo esperéis.... TODO se volverá patas arribas y el pasado volverá a ellos.

Bueeeeeeno, me encantaría que me dijerais qué os a parecido la primera temporada. Sé que es muy corta, pero bueno, mejor que acabarla para siempre en el capítulo 20, ¿no?

Gracias de verdad a las que me han leído desde el principio y a las que me han recomendado. De verdad es muy importante para mí que os gusten mis historias, todas las ideas las saco de pelis, series, ANUNCIOS, videoclips.... Estoy todo el jodido día pensando en qué escribir para esta novela o la otra, o la otra. Porque de verdad que no sé si os gusta mi imaginación macabra....

Pero bué, espero que os haya gustado la pequeña maratón. Os prometí que si llegaba el blog a las 10.000 visitas, había maratón. Pues aquí la tenéis.

Gracias a las que comentan en todos los capítulos que son MUY POCAS, pero bueno.... me basta. Aunque me gustaría saber las demás opiniones.

Un besaco y, ¡decid adiós a esta novela hasta el 2014!

Feliz año adelantado :'3

Donna Scars.

Capítulo 14

—Eres un cabrón.—masculla Rob. Mi sonrisa se mantiene firme.
—Bueno, un gángster no puede ser una bella persona, amigo mío.—muevo mis muñecas, debido a que me duelen a rabiar por las esposas.—Esta mierda tengo que quitármelas cuanto antes...—susurro.
—Mira, hijo de puta, la vida de mierda que le has dado a los demás, la vas a tener tú durante años. Es lo que te mereces, y me encargaré personalmente que te traten como a una puta mierda aquí, gilipollas.—se levanta y empiezo a reír. Me mira con su ceño fruncido.
—No se puede ir por la vida como tú, en serio Rob.—me levanto y ando hacia él.—La vida no es cómo tú la ves, capullo.—me paro frente a él.
—No te creas mejor que nadie, Bieber.—suspiro.
—No me lo creo.... lo soy.—y es ahí cuando lo agarro por la nuca y le doy la vuelta, ahogándolo con las esposas.—A mí, no me vuelvas a amenazar, porque un mierda como tú no merece ni mirarme a los ojos.—se resiste, intentando apartarme. Qué pena que no pueda.
La puerta se abre de golpe y aparecen cuatro policías.
—¡Suéltalo Bieber!—me apuntan con pistolas.
Suspiro y lo suelto, haciendo que caiga al suelo.
Vienen corriendo hacia mí y me agarran por las esposas y empujan por mi nuca mi cabeza, quedando con la mirada en el suelo completamente. Levanto la cabeza.
Veo como Rob se va, no sin antes mandarme una mirada asesina. Río para mis adentros.
—Ahora sí que la cagaste, te quedaste sin visitas.—mascullo uno riendo entre dientes.
—Oh, ¿aún puedes reírte, después de que toda tu puta familia esté muerta?—le provoco. Sí, conozco a cada uno de ellos, los estudié antes de hasta conocer a Jade..
Lo que recibo es un golpe con la porra en la pierna, haciendo que caiga al suelo como acto reflejo.
—Esto para mí no es nada para lo que me ha pasado.—río fríamente.
—Iros, quiero hablar con el gran Gángster.—reconozco esa voz.... Levanto la cabeza y veo que es el agente Mark.—Vamos, iros.—hacen caso y me levanto con su ayuda.—Siéntate Justin.
Me siento como antes y él empieza a dar vueltas.
—Habla...—digo cansado del silencio.
—Verás Justin... Sé que vas a ser padre, bastante joven pero, ¿y la madre? ¿Está sola?—mi corazón va disminuyendo su bombardeo...—¿Cuántos años tiene Jade?—se apoya en la mesa, mirándome fijamente.
—Dieciséis.—contesto en voz baja.
—¿La amas?
—¿Qué mierda es esto, tío?—me quejo.
—¿La amas?—repite.
—Sí.—sonríe ante mi respuesta.
—Dime Justin.... ¿No te gustaría estar ahora con ella? ¿Viendo cómo su barriga va creciendo? ¿Cómo dentro de ella se está creando una nueva vida? Una vida gracias a vosotros.—trago saliva a duras penas.—Justin yo soy padre, y créeme, es lo más bonito que te puede pasar en la vida. Tener un hijo con la persona a la que quieres.... Es precioso.—muerdo mi labio, conteniendo todo o que tengo dentro.—¿Vas a dejar a Jade sola en el parto?—lágrimas empiezan a pinchar tras mis ojos.—Una mujer sola en el parto.... Eso es muy duro, y más teniendo la edad que tiene. Puede tener complicaciones y puede que algo vaya mal, con su edad puede venir el bebé con problemas...—lágrimas caen de mis ojos, pero me las limpio al instante.
—A qué quieres llegar.—mascullo.
—Que podemos hacer un trato. Tú haces lo que yo te diga, y tú sales con la condicional de la cárcel, claro.... si trabajas para mí.—frunzo mi ceño.
—Es una trampa, ¿no?
—No, no es una trampa. He pensado estas semanas en lo que me dijiste, y tienes razón. Busqué y nunca has matado por matar, sino por defensa propia.—me sorprendo que haya buscado en vez de pasar de mí.—Veo que no eres un mal chico, sólo un niño asustado.—eso me sienta como una puñalada trapera.
—¡Ese jodido niño se quedó con su madre! ¡Al lado de su cuerpo muerto! ¡Llorando e intentando que su madre volviese a la vida!—grito levantándome de la silla.—¡Ese niño murió junto a su madre! ¡Porque el cabrón de Joseph se la cargó delante suya! ¿Qué clase de ser humano mata a una mujer delante de su hijo de 5 años?—la sangre me hierbe. ´
Mark se queda callado, sin saber qué hacer o decir. 
—Ya tenéis lo que queríais. Ahí lleváis mi mierda de infancia. Ahora llevarme de nuevo a mi celda, no quiero perder más el tiempo contigo o con otro gilipollas que me intente sacar más mierda.—suspiro.
—Justin, necesitamos información de tu infancia y de ahora para ver si podemos restarte años de cárcel. O simplemente trabaja para nosotros y te sacamos con la condicional.
—Ya no me puedo fiar de nadie.—niego con la cabeza, y me siento de nuevo en la silla.
Suspira y empieza a andar de nuevo de un lado a otro. Se para y me mira de lado.
—¿Y si te prometo que te daré la condicional si trabajas para nosotros? ¿Te fiarías?—niego con la cabeza.
—Hay tantas personas que me han prometido cosas estúpidas, que ya no me-
Mi mente cae en algo. 


"—Pero... tú me prometiste que no nos iban a separar nunca, y aunque nos separasen, vendrías a por mí y nos escaparíamos juntos.—sus ojos se aguan al instante.
—A veces, hago promesas estúpidas que no podré cumplir nunca. Te prometí una buena vida, cosa que nunca podré darte ni a ti ni a nadie."

—Ella ya no puede creer en mí.—susurro, frunciendo mi ceño y notando un ardor horroroso en mi interior.
—¿Qué?—Mark me mira confundido.
—¿Me daríais la condicional si trabajo para vosotros y te cuento todo? ¿Debería fiarme?—trago saliva, mirándolo por debajo de mis pestañas.
Asiente, parece sincero.
—Está bien.—me mira sorprendido y una sonrisa aparece en sus labios finos y secos.
—Bien, ahora te llevarán a tu celda, luego te mandarán a buscar y vendrá el oficial George para que le cuentes todo, ¿entendido?—frunzo mi ceño.
—Pero yo he confiado en ti, Mark. No en el oficial George. Yo te lo cuento a ti, Mark, no al oficial George.—me levanto de la silla al ver a dos agentes entrar y venir hacia mí.
—Estaré presente, ¿vale? Confía en mí Justin.—muerdo el interior de mi mejilla y asiento.—Bien, nos vemos luego.

Narra Jade.


—Estás como una vaca.—Helen ríe a mi lado, mirando mi vientre.

—Vete al carajo,estoy de tres meses, no más.—le pego con el cojín y ríe más fuerte.
Sonrío leve y me empiezo a hacer una trenza de lado. 
—Oye, ¿por qué no vas a visitar a Justin y lo arregláis?—trago saliva.
—Él no quiere verme, quiere que le olvide. Lo intentaré, y lo haré por él.—suspiro, mientras sigo entrelazando mechones de mi pelo con otros.
—Eres tonta, él seguramente querrá verte, querrá ver si el bebé sigue bien...—agarro la gomilla de mi muñeca y termino mi trenza.
—No voy a ir.—sonrío sin ganas.
—Eres tan testaruda.—mi amiga niega con la cabeza.—Y te recuerdo, que pasado-mañana es vuestro "aniversario".—un nudo se forma en mi garganta.
—Era nuestro "aniversario".—la corrijo y me encojo de hombros. Suelta un bufido, me mira incrédula.
—Es increíble que te hagas esto a ti misma. Justin sólo estaba enfadado, ¿crees que él no quiere verte más? ¿Crees que las promesas que te hizo, no las va a cumplir? Pues lo siento Jade, pero conozco a Justin desde que era un enano, y él cumple todo lo que promete.—se levanta del sofá y sale del salón.
Noto un ardor en mi garganta, trago saliva y ese ardor se esparce por todo mi cuerpo, dejándome casi inmóvil. Aunque sé que sólo es mi imaginación.

Algunas lágrimas logran escapar de mis ojos empapados... pero rápidamente me limpio las mejillas con la manga de mi camiseta. 

Te echo de menos...—le susurro a la nada...


Narra Justin.

—¿Mató a toda tu familia?—el oficial George pregunta, incrédulo ante mi historia...

Asiento lentamente.
—Uno a uno. No se dejó a ninguno el muy hijo de puta.—murmuro con la voz ronca. Mark niega con la cabeza y suspira... ¿aliviado? No sé.
—Cuéntanos todo lo que sepas sobre Joseph Justin, necesitamos saberlo todo.—George dice firmemente.
—Pues... No sabría por dónde empezar.—frunzo mi entrecejo.—Son tantos años por los que pasé investigando sobre él y sobre su familia...—un nudo se forma en mi garganta, por los jodidos nervios.
—¿Sabes todo sobre los Fiasco?—Mark añade con curiosidad.
—Sí.—contesto secamente.
—Por esto te necesitamos Justin, sabes todo sobre la gran mafia... Te necesitamos para atrapar a esos cabrones.—vuelve a hablar Mark.
Asiento.
—Pero una cosa te dejo clara, Gángster.—esta vez es George el que habla.—Si te damos la condicional, es para que trabajes para nosotros, para hacer el bien. No puedes irte a otro estado o a otro país macho.—dibujo una media sonrisa con mis labios.
—¿Qué tal si me la comes, George?—le enfrento. Tensa su mandíbula y miro a Mark, con su dedo índice en sus labios. Asiento y miro mis manos, unidas por las esposas en mis muñecas.
—¿Qué tengo que hacer, pues?—pregunto, mirando a George fijamente.
—Haces bien en preguntar muchacho.—contesta él.—Vas a hacer buenas migas con los Fiasco.
—¿Cómo?
—Ya sabes, vas a infiltrarte en la mafia Fiasco...—dice con tal tranquilidad.
—¿Qué mierda? ¡Me van a matar!—grito.
—Oh, ¿encima de salir de la cárcel, quieres salir vivo?—sonríe fríamente.—¿Después de cientos de asesinatos en estos 3 años, quieres irte tan campante?—arqueo las cejas.
—Mark... No me explicaste muy bien esto... ¿Tengo que elegir entre si salgo de aquí, muriéndome o quedarme aquí para luego cumplir condena y matarme igual?—digo confuso. 
—No, yo- Oficial usted no me dijo eso. Me dijo que podría salir sin problemas con la condicional y si nos hacia trabajos...—Mark está igual que yo...
—Este cabrón ha matado a mucha gente.—me señala.
—Este cabrón, ha salvado a muchas personas más del cabrón de Joseph. Sólo necesito que me saquéis para acabar con la maf-
—Déjate de gilipolleces, Bieber. No nos la vas a colar.—sonríe el muy gilipollas.
Van a salir, cuando...
—Os estáis equivocando.—canturreo sonriendo siniestramente. Se giran.—Ellos van a atacar cuando menos os lo esperéis. Ellos me quieren muerto, y no van a parar hasta verme agonizando del dolor y chorreando sangre en el suelo.—humedezco mis labios.—¿Sabéis qué? Es mejor dejarme salir por las buenas que por las malas...—los miro con mis ojos entrecerrados.
—¿Nos estás amenazando?—George se acerca a mí a paso ligero, poniéndose frente a mí.
—Tomadlo como queráis, sólo os estoy advirtiendo. Un chico de 19 años, no es menor por ser un niñato al lado de un agente de policía. Llevo desde pequeño viendo cadáveres, llevo desde los nueve años viendo cosas muy gores. Creerme, no es agradable, pero uno se acostumbra a ver cosas desagradables... Me sé muchos trucos con cómo usar la lengua de mi víctima. ¿Sabes por cuántos sitios de vuestro cuerpo puedo sacaros la lengua? Por cinco. Según mi teoría, claro.—muerdo mi labio, sonriendo triunfal.
—Maldito cabr-
—Shhh, no te conviene insultar a un gran Gángster.—pongo mi rostro serio.—Mantenerme aquí será peor George, le rompí el brazo a un negrata cabrón. De un sólo rodillazo, ¿crees que no voy a hacer más cosas? Puede que peores, oficial.—suelto una risa sarcástica.—Sólo se lo digo por la seguridad de sus agentes. No me gustaría dejar a niños huérfanos de padre y a pobres mujeres viudas.—su rostro palidece.
—Qué quieres.—murmura.
—Que me dejéis salir con la condicional. Que como no me dejéis en paz de una puta vez, me follo a la preciosa Melody. Está tan grande y tan.... arrg.—muerdo mi labio, provocándolo. Me agarra por el uniforme con fuerza.
—No tendrías huevos.—se nota su ira por sus ojos marrones.
—Los tengo aquí colgando, y los tendrá tu hija botando en la barbilla si no me dejáis hacer mis cosas tranquilito, George.—me suelta con fuerza.—Me habéis jodido todos los planes. Por vuestra culpa perdí millones de dólares, me va a costar mucho recuperarlo todo.... Y si a mí me costará recuperar la pasta, a vosotros os costará mucho vivir con el miedo de que yo me cargue a vuestras jodidas familias.—digo con la voz ronca y grabe.
—No vamos a caer en tu hoyo, Bieber. Lema de un policía: "Nunca te fíes de las palabras de un Gángster guapo."
—Oh, me alagas George.—río amargamente.—Pero pensad bien en lo de vuestras familias, en la seguridad de vuestras hijas adolescentes preciosas, pensad en que tenéis encerrado a un tipo capaz de arrancarle los huevos a cualquier tío con la puta mano.—les guiño un ojo y me levantan dos agentes a fuerza, sacándome de allí y llevándome a mi celda. 

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