martes, 30 de julio de 2013

Capítulo 4

Narra Justin

-Joder, por tu casa se puede hacer un tour de la hostia.-Jade ríe ante su comentario mientras entramos en mi habitación. Le sigo la risa, esta chica es demasiado adorable.
-Bueno, si te digo que a veces me pierdo, ¿te lo creerías?-me giro para mirarla de frente. Sonríe.
-¡Pues claro! Ya ni me acuerdo donde está la salida. Es como un laberinto.-vuelve a reír y sonrío mientras niego con la cabeza.-Oh dios mío, tengo miedo.-deja de reír y se intenta poner seria. La miro con el ceño fruncido y estalla en otra carcajada.
-Tú bien, no estás.-niego con la cabeza. Me giro y ando hacia el armario, lo abro mientras saco algo de ropa. La tiendo sobre la cama y miro a Jade, la cual no deja de mirarme.
-¿Vives solo?-pregunta. 
-No.-respondo secamente. Mientras me quito la chaqueta que tanta calor me da.

Narra Jade

Oh dios, no puedo apartar la mirada de él. Se desabrocha la camisa botón por botón, hasta que no hay más botones que desabrochar. Se quita la camisa y creo que yo no debería de estar viendo este espectáculo.
-Yo, uhm... voy a, a esto, salir.-digo con dificultad.
-No, si enseguida acabo, no te preocupes Jade.-lo miro y me regala una sonrisa. Asiento y agacho la cabeza.
Cuando de pronto, vuelvo a mirarlo y está sólo en bóxer. Mierda Jade, no lo mires, joder. Pero... es imposible no mirar esa perfección griega. Se coloca unos pantalones de chándal y revuelve su pelo tras quitarse la mascota y tirarla a la cama.
-Listo.-me mira y me guiña un ojo.-Para dormir te dejaré algo.-dice acompañado de una sonrisa.
Asiento.
-Muchas gracias, de verdad.-le sonrío tímidamente. Nunca fui tímida, y este chico lo está consiguiendo.
-No las des.-anda hacia la puerta y la abre, mientras me hace un gesto.-Vamos.
Asiento rápidamente y voy hacia la puerta, saliendo seguida de él.


-¿Te queda bien Jade? ¿Quieres otra camiseta?-oigo la voz de Justin detrás de la puerta del baño.
-No, estoy bien.-me coloco el pelo hacia un lado y me miro en el espejo nuevamente. Una camiseta blanca de tirantes y unos pantalones de chándal grises tapan mi cuerpo.
Abro la puerta del baño y Justin me mira de arriba abajo.
-Woah.-sale de su boca mientras me mira descaradamente. Sonrío y muerdo mi labio sin querer, dejo de morderlo.-Te vi.-me señala con su dedo índice son una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Oh venga ya!-grito fastidiada. Él ríe y me agarra por la cadera, pegándome a él.
-No serás virgen... ¿cierto?-susurra a punto de rozar mis labios. Niego con la cabeza.-Bien, me facilitas las cosas.-noto su miembro en mi muslo.
-Justin, yo...-me callo y aparto la mirada de él.
-¿Ocurre algo?-me agarra de la barbilla, obligándome a mirarlo.
-Simplemente... estoy muy cansada.-miento. Me suelta.
-Oh, pues... duerme, no voy a obligarte a nada.-me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.

Llego a su cama y veo algo que me hace reír.
-¿Qué?-pregunta curioso.
-Eres un hijo de puta.-digo riendo mientras cojo mi sujetador del cabecero de la cama. Noto su risa a mi lado y le pego en el brazo leve.
-Bueno, tenía que llevarme algo tuyo.-bromea. Niego con la cabeza y lo dejo en el cabecero de nuevo.

Narra Justin

-¡Me cago en la puta! ¿Qué secuestro de mierda habéis hecho? ¿Por qué traéis a una niña pequeña?-grito enfadado, mientras miro a Jack y Troy.
-Cuando fuimos a la casa de Joe sólo estaba esta niña Justin.-Jack comenta por lo bajo.
Miro a la niña, de unos 4 o 5 años. Tiene un pelo negro recogido en dos trenzas, unos ojos verde esmeralda, y para colmo está llorando.
-¿Es su hija?-me acerco a ella despacio.
-Sí, sólo quiere ir con su padre. Lo lleva diciendo todo el camino.
-Pues cielo, tu padre es un cabrón.-digo. La niña se tapa la cara.
-¿La matamos?-salta Troy. Lo miro y niego con la cabeza.
-¡¿Cómo vas a matar a una niña pequeña?! ¡¿Estamos locos o qué?! ¡Lleváosla de aquí! Y no la toquéis.-empujo a Jack y asienten, mientras agarran a la pequeña y desaparecen del almacén.

Suspiro y me froto los ojos, salgo del almacén y cojo el cigarro colocado detrás de mi oreja derecha.
Miro la calle, está solitaria... y es algo muy raro. Pongo el cigarro entre mis labios y manoseo los bolsillos de mis pantalones en busca del mechero. Frunzo el ceño y busco en el interior de mi chaqueta. Tampoco, me cago en la puta. Necesito fumar joder.

-¿Quieres fuego?-oigo una voz familiar a mis espaldas. Me giro y sonrío al verla apoyada en la pared del almacén.
-¿Qué haces por aquí tan tarde?-me acerco a ella y me prende el cigarro con su mechero. Doy una calada.
-Bueno, parece ser que siempre que vengo a estas horas, siempre estás rondando por aquí. ¿No duermes?-dice divertida mientras me quita el cigarro y le da una calada.
-Cariño...-le quito el cigarro y le doy una calada de nuevo.-Fumar mata, ¿sabías?-suelto el humo lentamente.
-Te digo lo mismo.-muerde su labio.
-Bueno, quizás yo pretenda morir antes de lo previsto.-tiro la colilla y la piso.

Y contestando eso, reina el silencio. Miro a Jade, la cual mira el suelo algo seria. 
-¿Por qué dices eso?-pregunta volviendo a mirarme.
-¿A quién quiero engañar Jade? No tengo a nadie de mi familia viva, están todos bajo tierra. No le importo a nadie morena, ¿quién puede querer a un puto gángster? Nadie puede querer a un tío como yo. Soy un puto matón reina...-suspiro y rasco mi nuca.
-Osea que, ¿te sientes solo?-dice bajito.
-Eso parece.-la miro fijamente.

Veo como se acerca a mí a paso lento y cuando está pegada a mí, posa sus manos en mis mejillas.
-Yo puedo hacer que dejes de sentirte así.-susurra mirándome a los ojos.
-Jade no hac-me interrumpe.
-Shhh, déjate llevar. Ayer te dejé a medias.-sonríe divertida.-El almacén, es tuyo, ¿no?-muerde su labio.
Trago saliva, la respiración se me corta.
-Jade, eres menor... yo, no quiero meterte en un lío por mi culpa reina.-llevo mi mano izquierda a su cintura descubierta por su top y la acaricio.
-Me importa una mierda, yo misma me busqué el lío si pasa algo. No te preocupes.-sonríe y siento una pequeña descarga en mi interior.-Puedo hacerte sentir querido Justin.-su aliento choca con mi barbilla.
Hasta que junta sus labios con los míos. Empezamos a besarnos, con un roce de lenguas.
La cojo a horcajadas, y ella enrolla sus piernas por mi cintura. Gimo en sus labios y empiezo a andar con un ojo abierto mientras Jade me besa. Abro la puerta del almacén y entro con ella en brazos. Cierro, dios. 
Esto es muy difícil. Me separo de sus labios y tiro todo de la mesa, mientras pongo a Jade en ella y empiezo a besar su cuello, mordiéndolo. Arquea la espalda.

Llevo mis manos hasta su cintura y desabrocho el botón de sus shorts. 
Bajo la cremallera y me deshago de sus pantalones, dejándolos caer al suelo. Sonrío y me detengo.
-¿Te gustan los tangas?-pregunto riendo leve. Ríe y asiente.-A mí también que los lleves siempre.-le guiño un ojo.-Creo que me voy a deshacer de este top tan molesto.-toco sus pechos por encima de éste.
-No, espera.-me detiene y se queda sentada.
-¿Pasa algo?-pregunto posando mis manos en sus muslos.
-No, sino que... Por favor, no te rías.-su mirada es en tono súplica. Frunzo el ceño sin entender qué está sucediendo.
-¿Por qué me voy a reír?-pregunto curioso por su comentario.
-Por esto.-levanta un poco su top por la parte derecha, sin dejar ver su pecho, se puede apreciar una cicatriz bajo éste. Bastante grande.
Abro los ojos sorprendido, joder.
-¿Cómo coño te hiciste eso?-miro la cicatriz con atención.
-Mi hermano con un puto vaso roto, que me dio en toda la teta cuando yo tenía como unos 14 años.-suspira.-Odio esta cicatriz.-baja su top y suspira.
Levanto un poco de nuevo el top por la parte derecha, mirando de nuevo la cicatriz.
-A mí me encanta.-acaricio lentamente el relieve de la cicatriz.
-Deja de burlarte.-dice molesta. La miro a los ojos.
-Me encanta, te juro que me gusta esta cicatriz.-bajo su top y la agarro por la barbilla.-No me estoy riendo de ti Jade. Eres preciosa, y tienes un cuerpo precioso. Por una cicatriz, ¿crees que me voy a reír de ti?-acaricio su barbilla.
-¿De verdad te gusta?-pregunta con un hilo de voz.
-Es preciosa, tanto como lo eres tú.-beso su sien y puedo apreciar cómo sonríe de oreja a oreja. La agarro de las manos y la ayudo a ponerse en el suelo.-Prefiero no hacerlo hoy, en este almacén que puede entrar cualquiera. ¿Qué te parece, si mañana te vienes conmigo a mi casa?-cojo sus shorts del suelo y se los doy. Los coge.
-Vale, esa mesa es realmente incómoda.-murmura. Río leve y se pone los shorts.-Bueno, pues me voy. Paso de que mi hermano me de la charla de siempre.
Sonrío, ¿por qué eres tan bonita Jade? Suspiro.
-Bueno, adiós.-abrocha el botón de sus shorts y sube la cremallera. La agarro por la cintura y la pego a mí.
-¿Te acompaño?-susurro mientras aparto un mechón de pelo de su cara. Una sonrisa vuelve a aparecer en su rostro tan bello.
-No te preocupes, será mejor que mi hermano no vea a El Gángster acompañándome a mi casa por la noche.-suelta una risa ligera. Sonrío.
-Como quieras, ten cuidado, ¿sí?-y la beso. No sé qué demonios me está haciendo esta chica, pero me está cambiando por completo.
Me sigue el beso y nos separamos.
-Y gracias por no reírte, eres el único que no lo hace.-me da un pico y se va, dejándome con la palabra en la boca.


-Venga, a levantarse Bieber. Hoy tienes una apuesta que ganar. ¡Vamos!-grita Megan meciéndome.
-Oh Meg, vete a la mierda tía.-mascullo y me muevo en la cama.
-Venga Justin, que no tenemos todo el día.-noto como muerde mi mejilla y abro los ojos.
-¿Cuántas veces te dije que no me muerdas? ¿Qué eres, un perro?-me levanto de mala hostia.-¿Y mi camiseta?-la miro y sonríe pícara. Suspiro.-Megan...
-Og, en la lavadora dando vueltas.-aprovecha para "ajustarse" las tetas como suele hacer. Arqueo una ceja.
-¿Qué intentas pelirroja?-pregunto frunciendo mi entrecejo. Se acerca a mí peligrosamente.
-No sé, ¿tú lo sabes?-se pega a mí, y empieza a acariciar mi pecho.
-Meg, tu hermano me arranca la polla si me ve contigo. ¿Lo sabes?-la aparto.
-Tú eres mil veces mejor que mi hermano.-vuelve a pegarse a mí y empieza a besar mi pecho. La agarro por los brazos y la aparto.
-Para Megan. Acabarás haciéndome enfadar, y créeme, no te gustaría verme enfadado.-digo serio.-Salte de mi habitación, me voy a vestir y nos largamos al Bronx.-bufa y sale de la habitación, dando un portazo.

Perra, nada más acabar esta apuesta, tú y tu hermano... estaréis bajo tierra. Hijos de puta traidores.

Narra Jade

-Oh dios mío. ¿En serio pasó todo eso? ¡Dios! Qué mono.-Gabrielle comenta al lado de su novio Hugo.
-Ya ves, no sé. Pero ese chico... tiene algo que me atrae bastante a su pasado. Algo dentro de mí me lo dice una y otra vez. Pero... pff, estoy confusa.-suspiro.
-Tranquila, ya verás como no es nada nena.-Helen aparece y se sienta en un escalón. Sonrío.
-¿Dónde te metías?-pregunto dándole un sorbo a mi lata de RedBull.
-En mi casa, intentando calmar a mi padre. Ya sabes.-hace una mueca y sonrío.-Y bueno, ¿sientes ya algo por El Gángster?-sonríe pícara.
Me quedo un rato pensando, y... puede que sienta algo por él. 
-Creo... creo que estoy empezando a sentir algo por él. Pero... él sólo quiero un simple polvo.-suspiro y mis amigos suspiran.
-Lánzate, a por él blanca.-suelta Hugo guiñándome un ojo.

¿Debería lanzarme? 

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RT AQUÍ si quieres que te avise para el próximo capítulo.

¡Weee! Por fin subí cap. Llevaba ya mucho sin subir, y NO puede ser. ¿Qué tal lleváis el verano nenis? Espero que bien, que os esteis poniendo negras. No como yo, que estoy mu blanca. ¡No pisé la playa aún! Pero el Jueves desaparezco durante 15 días .O.
Sí, me voy 15 días a Punta Umbría, a una casita alquilada con mi familia. No tendré internet, ni ordenador... así que, para el próximo capítulo os tendréis que esperar. ¡Lo siento! D':

Bueno, os dejo ya y espero que os haya gustado. Vosotras decidís. ¿Queréis que se lance Jade, o queréis hacerlo más interesante y que no le diga nada? ¡Os lo dejo en vuestras manos!

¡Os amo! Y por favor, recomendarme. ¿Vale? Espero vuestras opiniones como siempre. <33

@demitefollo_

jueves, 25 de julio de 2013

Capítulo 3

La chica, que aún no sé cómo se llama, se separa de mí lentamente.
-¿Mejor?-la miro. Me devuelve la mirada y asiente, mientras me muestra una pequeña sonrisa.-¿Qué hacías en este callejón?-empezamos a andar hacia el barrio donde me crié.
-No sé. Estaba cabreada con mis padres, simplemente. Quería huir.-suspira.
-¿Puedo saber el por qué de tu cabreo?-pregunto. Me mira y sonríe de lado.
-Pues que mis padres son unos racistas, y que no les importo una puta mierda.-suspira.
-¿Racistas, y sus hijos tienen amigos negros? Muy lógico todo reina.-bromeo. Me saca el dedo corazón y río leve.-Todos los padres se preocupan por sus hijos. Créeme.
Nos miramos y veo como muerde su labio.
-Lo siento, no debí haber dicho eso...-aclara su garganta. Frunzo el ceño. 
-¿Por qué?-pregunto confundido, hasta que caigo.-Oh, Helen te contó mi preciosa infancia...-uso un tono con ironía.
-Algo...-dice tímida.
-No me importa, todo el barrio sabe lo que él hizo, y lo que yo hice. Y si por algún momento se te pasa por la cabeza que te voy a matar o algo... Hazme el favor de no pensar más.-muestro una sonrisa y noto sus ojos clavados en mí.

Vuelvo a mirar al frente, oigo un suspiro largo por parte de la chica, hasta que habla...
-Me llamo Jade, Jade Fiasco.-Mi cuerpo se congela al oír su apellido. "Fiasco".
La miro de pronto y me paro frente a ella.
-¿Fiasco?-mi voz suena entrecortada.-¿Eres hija de Joseph?-muestro un rostro serio.
Frunce su ceño.
-¿Cómo sabes el nombre de mi padre?-su voz suena a confusión.
-Lo conozco, simplemente.-cambio mi compostura y le muestro una sonrisa.-Supongo que ya sabes cómo me llamo. No hace falta que me presente...-digo con un tono obvio.
Asiente y sonríe divertida.
-Me gustas Jade. ¿Sabes por qué?-digo sin dejar de mirarla.
-¿Por qué?-pregunta algo curiosa por mi sugerencia.
-Porque, en el fondo, eres igual que yo. Tienes el mismo genio, eres muy orgullosa, te cuesta reconocer las cosas...-le guiño un ojo.
-Oh eso, sí. Se podría decir que soy igual que tú en ese sentido.-ríe leve y le sonrío.
-Y eres muy directa reina.-miro al frente. Por el rabillo del ojo, la veo asintiendo y sonriendo a la vez.
La vuelvo a mirar y me paro frente a ella, haciendo que pare también.
-¿Te gusta que te llame reina? ¿O te molesta?-pregunto en un susurro, mientras la agarro de la cintura y la pego a mi cuerpo.
Veo como su respiración va cediendo.
-Me gusta.-susurra. Sonrío y llevo mi mano derecha a una de sus mejillas, la acaricio suavemente.
-No aparentas 16 años bonita.-la miro a sus ojos marrón chocolate que tanto me gustan.
-¿Me lo debería tomar como un cumplido?-sonríe divertida mientras muerde su labio.
-No hagas eso.-mascullo mirando sus tentadores labios rosados.
-¿El qué?
-Morderte el labio. No lo hagas, si no quieres acabar en mi cama.-bajo la mano a su brazo y lo acaricio.-Eres malditamente hermosa.-murmuro, ahora mirándola de nuevo a los ojos.
Sonríe algo "tímida".
-¿Cuántos años tienes?-pregunta.
-A 16 le sumas 3 y...-dejo que siga.
-19 años.-continúa. Levanto las cejas en un movimiento y ríe leve.-Me caes bien.-dice.
-Y tú a mí.-y sin pensarlo, la agarro con cuidado de la barbilla y la beso en los labios.

Maldición, se está tan bien en sus labios. Saben a gloria, joder. Al principio no me sigue el beso, pero luego me agarra por las mejillas y empieza a mover su lengua dentro de mi boca. 
Llevo mis manos hasta su trasero, pero prefiero dejarlas en la curva de su espalda. 
Nos separamos, más que nada por falta de aire. Y nos miramos a los ojos, directamente.
Me empuja leve y me planta su mano en mi mejilla. Haciéndome girar la cabeza hacia un lado.

-Oh dios, perdón. Es la costumbre.-se acerca a mí y me acaricia la mejilla, que me duele, sí. 
-Joder, raro es que no me haya salido sangre.-bromeo.
-Lo siento.-va a besar mi mejilla, cuando giro la cara y me da un beso en los labios. Reímos.
-Disculpas aceptadas.-le guiño un ojo.
-No te acostumbres a tantos lujos, Bieber.-bromea ella.
-Oh, tarde. Ya me acostumbré.-sonríe y mi móvil empieza a sonar.-Disculpa.-saco mi móvil y lo descuelgo.-Dime.
-Justin, soy Megan. Te necesitamos ya en el Bronx. Hay un tiroteo, y necesitamos al que más puntería tiene, ya sabes lo que hacer.-y cuelga. Me guardo el móvil.
-Jade, me tengo que ir ya. Nos vemos.-salgo corriendo.

El Bronx es una calle de Nueva York muy pobre y peligrosa. Justin vive en otra, pero el Bronx está cerca del barrio donde él se crió y tal )

Narra Jade

-¡Lo sabía! ¡Wohoooo!-empieza a gritar Helen. Río a más no poder.-¿Besa bien? Oh dios nunca lo he besado, ¿a qué saben esos labios que tanto me tientan?-pregunta nerviosa perdida.
-¡Cálmate, dios!-grito riendo.
-¡Pues contesta!-grita tirándose encima mía, haciendo que caigamos al suelo.

No dejamos de reír a carcajadas.
-Por cierto, ¿dónde fue?-dice cuando ya estamos de pie.
-No sé, me dijo que se tenía que ir y se fue corriendo.
-Ouch, creo que sé dónde fue.-dice segura.-¿Conoces el Bronx?-pregunta. Asiento.-Hoy había un tiroteo o algo, no sé. Pues creo que fue allí, él siempre va a urgencias como esas.-dice seria.
-Pero, ¿no hay policías ni nada?-digo horrorizada. Mi amiga ríe sarcástica.
-Los "pitufos" no tienen cojones de pisar ese barrio. Porque si lo pisan... están muertos.-Helen no cambia su expresión facial.
-Joder...-murmuro.-Y cambiando de tema... ¿Me puedo quedar esta noche en tu casa? Peleé con mis padres y no los quiero ver.
-Uff, lo siento amor. Pero hoy mi padre está enfadado y ni yo dormiré en mi casa. Duermo en casa de Michael.-dice, suspiro.
-¿Y dónde me quedo yo ahora?-rasco mi nuca.
-En mi casa.-noto un susurro en mi oído y me giro bruscamente. Encontrándome a Justin sonriéndome.
-Joder, no me des esos sustos.-mi pecho sube y baja rápido.
-Hola Biebs.-oigo decir a mi amiga.
-Helen.-le regala una sonrisa a mi amiga.-Entonces, ¿aceptas quedarte conmigo esta noche, Jade?-dice mientras acaricia mi brazo.
Miro a Helen, la cual en sus ojos se refleja una perversidad muy perversa. Miro nuevamente a Justin, que me sonríe de oreja a oreja. Suspiro y asiento lentamente.
-Está bien.-me rindo, estaba entre la espada y la pared. Y sí, me refiero a que Justin es la espada, y Helen la pared...
-Guay, vamos. Está a una hora de aquí.-Justin pone su brazo, cediéndomelo. Me agarro a él y miro a Helen.
-Adiós nena.-me dice sonriendo.-Fóllatelo.-vocaliza, pero estoy segura de que Justin la vio.
Le saco mi dedo corazón y Justin y yo empezamos a andar.
-¿Por qué vives tan lejos?-pregunto mirándolo. Me mira y sonríe.
-Pues porque tengo una casa el doble de grande que este barrio.-humedece sus labios carnosos y rosados.
-Vaya...-murmuro y seguimos andando.

Llegamos a un aparcamiento que está alejado del barrio y nos paramos frente a un Bugatti negro. 
-No jodas, ¿es tuya esta preciosidad?-me acerco más mirando el precioso coche.
-¿Te gusta?-pregunta mientras abre la puerta del piloto.
-Mi coche favorito.-digo mirándolo.
-¿Amante de los coches?-me pregunta. Asiento y abro la puerta del copiloto, entro, mientras cierro con cuidado.
-Demasiado.-contesto ya dentro. Me mira y ríe leve.
-Reina, ¿dónde has estado toda mi vida?-me mira mordiendo su labio inferior.
Me acerco a él y acaricio su mejilla lentamente.
-En tus sueños, Bieber. En tus sueños.-muerdo mi labio, sabiendo lo que causa ese gesto en él.

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RT AQUÍ si quieres que te avise para el próximo capítulo.

Mil gracias por los 28 RT's en tan sólo 2 días. Es mi récord, GRACIAS.
Decidí subir hoy, porque estaré como 3 días sin subir, debido a que estaré muy ocupada. Este capítulo es corto, pero en nada me tendré que ir, y hoy no estoy de buen humor para escribir.
Ya sabéis, la tragedia en Galicia... me destrozó por completo. No tengo familia allí ni nada gracias a dios, pero igual me partió el alma en dos. La verdad es que me afectó mucho, en serio.
Mi más sincero pésame a las personas que perdieron a un ser querido, toca ser fuerte...

¡Gracias por todo, y espero vuestras opiniones de este pequeño capítulo! Prometo hacer una maratón pronto, para recompensaros. ¡Besos!

@demitefollo_

lunes, 22 de julio de 2013

Capítulo 2

Entro en la cocina, mientras me sobo los ojos por el sueño.
-Buenos días.-dice mi madre posando un vaso de zumo frente a mí
-Hey.-respondo, sentándome en la barra americana y cogiendo el vaso que me ofreció mi madre.
-¿Sabes que te quedan 2 semanas de verano, y que tienes que volver al instituto?
-Sí mamá, no me lo recuerdes más veces, por favor.-bebo un poco del vaso y lo dejo en la barra.-Me voy a casa de Helen.-me levanto del banco.
-No has comido nada, y te dije millones de veces que no me gusta esa chica. Vive en el barrio más peligroso de toda Nueva York. ¿No puedes buscarte otras amigas? ¿Blancas por ejemplo?-salta mi madre. Puta racista.
-Adiós mamá, no me esperéis para comer... ni para cenar.-salgo de la cocina y corro hacia la puerta principal, saliendo de esa casa que tantos escalofríos me da.


-¡Venga ya! ¿En serio?-Helen empieza a reír como una histérica.
-No te rías puta negra, todo fue por tu culpa.-le doy un sorbo al botellín de cerveza.
Su risa cesa y me mira mientras se limpia las lágrimas de reír.
-Tía, que te quitó el sujetador a punto de pistola, es buenísimo.-le da una calada a su cigarrillo.
Niego con la cabeza.
-Me amenazó con matarme tía.-suspiro.
-El jefe puede haberse cargado a cientos de personas, pero nunca a una tía. Bieber nunca ha tocado a una mujer, en su vida.-dice seria.

Giro mi cabeza, mirando la calle. Hay niños bailando breakdance, viejos tirados en el suelo mendigando por un centavo, tíos intentando violar a adolescentes al final de la calle... hasta que me topo con una mirada miel. Otra vez él, y me está mirando mientras sonríe y habla con un tío.
-¿Qué? Está bueno, ¿eh? Trabajé una vez para él, ya sabes a lo que me refiero.-hace un gesto con su mano izquierda y con los labios en forma de O.
Empiezo a reír, esta tía es una cerda. La amo. Vuelvo a mirar donde estaba, y ya no está. Suspiro aliviada, ese tío me pone los pelos de punta.
-¿Me buscabas, morena?-susurran en mi oído.
-Hostia.-me aparto bruscamente, levantándome. Helen suelta una carcajada. Me quedo mirando a "Bieber".-No te buscaba.-miro a Helen, la cual sonríe divertida.
-Ya, claro. Vaya, veo que no llevas sujetador.-mira mis pechos. Me cruzo de brazos.
-¿Para que me lo vuelvas a quitar? No soy tonta.-sonrío sarcástica.
Ríe y niega con la cabeza.
-¿Siempre vas con traje?-pregunto mirándolo de arriba abajo.
-¿Siempre llevas tanga?-se acerca a mí y me levanta un poco la camiseta. Tira de la goma del tanga. Lo aparto de un pequeño empujón y empieza a reír.
-Eres un capullo.
-¿Sabes que dejo que me insultes, porque me pones mucho?-muestra una sonrisa de prepotente.
-¿Sabes que tiene 16 años?-oigo una voz a mi espalda muy familiar. Me giro y veo a mi hermano con Tom. Qué bien.
-No jodas.-dice Bieber.
-No, no jodo. No te vuelvas a acercar a mi hermana, o juro que te arranco las pelotas.-mi hermano se acerca a él.
-¿Cómo?-Bieber cambia la expresión de su cara, poniéndose serio.
-Que como vuelvas a tocarla, o siquiera mirarla, te mato.-apoyo mi mano en el pecho de Rob.
-Para.-murmuro.
-¿Tú, a mí? Vale, a ver. Probemos.-el del traje me agarra del brazo con fuerza y me pega a él. Mientras posa una navaja en mi cuello.-Mira, ¿quieres que la sobe delante tuya? Ayer lo hice y le gustó mucho. ¿Verdad bonita?-muerde mi mejilla.
-Suéltame.-el miedo se apodera de mi cuerpo.
-¿Y si le rajo el cuello a tu hermana, qué harías? Nada, porque ya estaría muerta y te mataría a ti después, gilipollas.-noto como aprieta la navaja a mi cuello.
-Suéltala.-no sé quién es más gilipollas, si mi hermano o Bieber.
-Jefe, suéltala. No volverá a pasar, pero por favor, no le haga daño.-Helen intervino.
-A esta hermosura no le haré nada. Es demasiado guapa como para que yo me la cargue.-retira la navaja de mi cuello y me besa la mejilla.-Tranquila cariño.-susurra en mi oído. Me suelta y va hacia mi hermano, agarrándolo del cuello de la camisa.-No vuelvas a amenazarme o hablarme así, o seré yo quien te arranque las pelotas, machote.-lo suelta y se gira hacia mí, me agarra de la cintura y me atrae a él. Haciendo que mis manos suden.

Todo está en silencio, menos los niños jugar y bailar por la calle. Chillidos y demás. Bieber me acaricia una mejilla con su mano izquierda, haciendo que me de un escalofrío de pies a cabeza.
-No me importa la edad que tengas.-susurra.-Voy a seguir insistiendo, hasta que caigas.-continúa susurrando. 

Sus ojos mieles me miran con atención y diversión a la vez. Una sonrisa traviesa aparece en sus labios.
-Nos vemos, mi reina.-vuelve a susurrar y me besa muy cerca de la comisura de mis labios. Se separa de mí y se va, con unos andares como si fuese alguien importante. Que lo es. Más bien, peligroso... Debo decir, que me pone mucho. Es bastante guapo y está bastante bueno... coño, para qué mentir, es un puto modelo.

-¿Fue él quién te quitó el sujetador, Jade?-la voz de mi hermano interrumpe mis pensamientos.
Lo miro y asiento con lentitud, aún estoy en shock. ¿Me llamó "mi reina", o fue mi imaginación? Miro a Helen, la cual me mira sonriendo.
-Le gustas mucho.-suelta la negra. Reacciono y niego rápidamente con la cabeza.
-Qué va. Es un salido, simplemente. Sabrá dios lo que hace ese tío con las chicas.-me cruzo de brazos.
-Jade, ¿por qué me mentiste anoche?-mi hermano insiste en el puto asunto. Lo miro y le saco mi dedo corazón.
-Esto responde a tu puta pregunta. Lárgate con Tom. Vamos, fuera.-sigo molesta.
Rob niega con la cabeza, en forma de decepción... creo. 
-Vamos.-le golpea leve el pecho a Tom y se alejan de nosotras.

-Qué guay tía. Le pones a El Gángster, puede darte de todo si sales con él.-Helen da pequeños saltitos de la "emoción" que muestra. 
-No pienso salir con un puto psicópata. A saber lo que me puede hacer si me quedo a solas de nuevo con él.-le quito a Helen el botellín de cerveza y le doy un largo sorbo.
-No hables de él sin conocerlo antes. Que luego te llevas los palos.-miro a mi amiga, la cual su expresión de cara ahora es seria. Frunzo mi entrecejo.
-¿De qué hablas?-pregunto curiosa.
Mira a los lados y me agarra del brazo, atrayéndome más a ella.
-El padrastro de Justin mató a su madre.-susurra en mi oído.-Y fue ante los ojos de Bieber.-sigue susurrando.
Mi boca cae en forma de O y mis ojos se abren de par en par. Se separa de mí y hace un movimiento de cejas, como diciendo "te lo dije".
-Es coña, ¿verdad?-digo impactada. Me mira y niega con la cabeza lentamente. 
-Es completamente cierto. Justin apenas tenía como 10 años, su madre y él se mudaron a este barrio después de que el padre de Justin muriese de cáncer. Pattie, la madre de él, empezó a salir con Roc, un tío bastante leal y querido por este barrio.-suspira.-Un día Pattie y Roc empezaron a pelear y a gritar, los gritos se oían desde las afueras del barrio. Justin estaba viéndolos pelear, hasta que Roc sacó una pistola, y se cargó a la mujer. Justin quedó marcado de por vida, y a los 14 años, mató a Roc con una cuchara.-la voz de Helen es seria, por lo que significa que lo que está diciendo, es verdad.
-¿Con una cuchara?-mi voz está quebrada. Dios mío, ¿cómo puede alguien matar a otra persona con una puta cuchara?
Mi amiga asiente.
-Roc le quitó todos los cuchillos y tenedores por si intentaba hacer algo. Un día, Roc dormía, y Justin decidió coger una cuchara, lo único que había. Fue hacia Roc, y le metió la cuchara en la boca, la introdujo hasta la garganta y empezó a mover la cuchara en su interior. Imagínate lo que amaba Justin a su madre para llegar a hacer eso a los 14 años.-suspira sarcástica.
-¿Mató a su padrastro?-no me sale ni la voz.
-Sí, lo mató con una simple cuchara. Salió a la calle y todos los vecinos lo vieron lleno de sangre y agarrando la cuchara. Desde ese entonces, todo el mundo teme a Justin. Porque uno no sabe lo que puede llegar a hacer, se le ocurren cosas inhumanas para sus víctimas.-sonríe forzadamente.-Sus víctimas siempre son varones, nunca ha matado o maltratado a una mujer. Desde que vio como mataban a su madre, siempre trata a todas las mujeres como damas y señoritas. Nunca le ha contestado a una mujer, en su vida.-dice usando tono de orgullo.
-Joder. Y yo me quejaba de mi vida, y al pobre la muerte de su madre lo llevó hasta donde está ahora.-me froto los ojos. Ahora en vez de sentir miedo, siento pena. Debe ser una gran putada lo que le pasó.


-Me alegro que hayas venido a almorzar con nosotros hija.-dice mi madre, frente a mí.
Le sonrío y sigo comiendo el pescado que hizo mi madre.
Mi hermano a mi lado, no deja de mirarme. Lo miro y niego con la cabeza.
-Hija, creo que deberías dejar de juntarte con, esas personas de color.-la voz de mi padre interrumpe el silencio. 
Miro a mi padre con mi ceño fruncido.
-¿No hablamos de eso hace ya unos meses? Son mis amigos, y sobre todo Helen. No voy a buscarme a gente falsa, con ellos estoy bien. No quiero ir con otro grupo.-dejo el tenedor en el plato y me levanto de la silla.
-Hija, viven en un sitio muy peligroso. No podemos arriesgarnos a perderte cielo.-mi padre insiste.
-¡¿Y Rob qué?! ¡Claro, como es el mayor! ¡Pues no me da la gana! Por eso no quería almorzar con vosotros, ¡me dais asco!-salgo del comedor y corro hacia la puerta, saliendo de esa puta casa en la que me crié.


Camino por un callejón, que da al barrio donde Helen vive. Hasta que noto como me agarran del brazo y me estampan con la pared, acorralándome.
-¿Qué hace por aquí un culito blanco?-el hombre me agarra por el cuello.-Eres muy guapa.
-Suéltame.-susurro.
-¿Debería soltarte, bonita?-sonríe. Vale, ahora estoy cagada de miedo.

Narra Justin

-Venga, no seas maricona y dame la pasta.-río mientras tiendo mi mano.
-Joder.-me tiende los billetes en la mano mientras ríe.-Eres un hijo de puta.-me señala con su dedo índice.
-Eso ya lo sé.-le guiño un ojo y reímos.-Adiós man.-me despido de él con un abrazo y salgo de su casa.

Camino por la calle, ahora mismo no hay nadie. Suspiro mientras cuento los billetes, cuando oigo algo. Dejo de contar el dinero y me lo guardo en el bolsillo interior de mi chaqueta. Frunzo mi ceño y empiezo a andar hacia el murmuro que se escucha.
-Suéltame, por favor.-ya sé que es una chica, siempre intentan violarlas. Que hijos de puta.
Me adentro en el callejón y veo a Jorge agarrando a una chica por el cuello. Carraspeo y me meto las manos en los bolsillos de mi pantalón.
Capto la atención de los dos y me miran... ¿Qué coño?
-¿Qué mierda haces?-me acerco a ellos a paso ligero. Es la chica a la cual le robé el sujetador.
Jorge se aparta de ella.
-Justin, tío yo...
-Cállate y lárgate antes de que te saque la lengua por el culo.-mascullo entre dientes mientras lo fulmino con la mirada.
Asiente y se va corriendo. Miro a la chica y veo que está asustada.
-Hey, ¿estás bien?-me acerco a ella despacio. Asiente rápidamente, sin mirarme. La agarro de la barbilla y la obligo a mirarme.-Mírame morena.-le ordeno.
Me mira y veo miedo en sus ojos.
-Shhh, tranquila. No te voy a hacer nada, Jorge es un salido. No volverá a tocarte.-acaricio su mejilla con delicadeza.
Suelta un suspiro tembloroso.
-Gracias.-susurra. Sonrío, ¿qué me está haciendo esta niña?
-No las des mi reina. ¿Seguro que estás bien?-me aseguro preguntando nuevamente.
Sus ojos se aguan y se abalanza a mí, abrazándome por la cintura cuando empieza a sollozar en mi pecho.

Ahora mismo estoy en shock, desde que ese hijo de puta mató a mi madre, nunca he vuelto a abrazar a una mujer.
Pero, le sigo el abrazo.
-Ya está. Tranquila mi reina, mientras yo esté aquí, no te van a tocar... jamás.

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Bueno... ¿Qué os parece? ¿Os gusta? ¿Cambio algo? Vosotras elegís, escribiré lo que queráis leer. Claro si estoy yo de acuerdo.
Si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntarme en mi twitter (@demitefollo_) y os responderé en seguida.
Espero que os vaya gustando, porque esta novela me está costando un poco más escribirla... no sé, tengo que tener el doble de imaginación, así que...

¡Un besazo y no olvidéis dejarme vuestra opinión! ¡Os amo!

-Marta

viernes, 19 de julio de 2013

Capítulo 1

Me despido de Helen con un abrazo.
-Adiós negra.-murmuro en su oído.
-Adiós blanca. Ten cuidado eh.-nos separamos y asiento.-Te veo mañana.-me dedica una de sus sonrisas. 
-Claro. Adiós cariño.-me alejo de ella y le lanzo un beso. Ríe y empiezo a andar ligera.

Este barrio me pone los bellos de punta. La brisa fría acaricia mi piel, haciendo que me entre un enorme escalofrío de pies a cabeza.
Si mi hermano llega a verme por aquí, probablemente, me arranque todos los pelos de mi pobre cabeza. Él casi siempre anda por aquí, debido a que la mayoría de sus amigos son negros, al igual que los míos.

-Vaya, vaya.-oigo una voz a mis espaldas. Me giro rápidamente y veo a Tom, un amigo íntimo de mi hermano.-Jade, qué sorpresa verte por aquí.-sonríe mientras arquea las cejas.
-Tom, ni se te ocurra abrir esa puta boca y decirle a mi hermano que me viste aquí a estas horas.-uso un tono amenazante.
-Tranquila, te vi millones de veces por aquí hasta más tarde. ¿No sabes que por aquí vive El Gángster?-mete sus manos en los bolsillos de sus jeans.
-Sí, me lo dijo Helen hace tiempo. ¿A qué viene eso ahora Tom?-frunzo mi entrecejo.
-Pues que tengas mucho cuidado blanquita. Es el más chungo de este barrio, ándate con ojo. Ese tío no se juega con tonterías. Sólo te advierto guapa.-dice serio, usando un tono de voz bajo.
Asiento con la cabeza.
-Me voy, ten cuidado Jade.-me dedica una media sonrisa y se va en dirección a su casa.

Este tío está muy raro. Suspiro y me encojo de hombros. Sigo caminando, esta vez con más prisa. Me han metido miedo en el cuerpo con el puto Gángster ese.

-Venga coño, que no tengo toda la noche.-oigo una voz masculina muy profunda y ronca. Giro mi cabeza en dirección a la voz y veo a unos hombres tirando algo a un contenedor. Espera un momento... ¡¿Un cadáver?! Joder, joder.
Empiezo a andar más ligera aún, casi se podría decir que estoy corriendo. Cuando giro en una esquina me recuesto en la pared, mi respiración es agitada.

¿Qué mierda? ¿Por qué lo tuve que ver? Joder, me cago en mi vida.
Noto unos pasos, el tacón del zapato dando toques con el asfalto. Giro la cabeza, mirando donde crucé la esquina y no veo a nadie. Ya me imagino cosas y todo.

Me giro de nuevo y no me da tiempo a gritar, cuando me han tapado la boca.
-Shh, ni se te ocurra gritar guapa. Hay gente durmiendo ya, y tú debería estarlo también.-dice el hombre que me tiene sujeta y me tapa la boca.-¿Me prometes que no gritarás ni echarás a correr? Créeme, no te gustaría saber lo que tengo en el bolsillo interior de mi chaqueta.-susurra lo último.
Asiento rápidamente con la cabeza y me destapa la boca, aunque sigue agarrándome.
-¿Quién eres y qué haces por este barrio?-la oscuridad oculta su rostro, impidiéndome ver su cara. 

Lleva una mascota negra en su cabeza, tapando su pelo rubio cobrizo. Está vestido con un traje de chaqueta Gucci negro, sin corbata. Con algunos botones de su camiseta desabrochados, dejando ver parte de su pecho. Además de llevar unos zapatos italianos negros.

-Contesta bonita. No soy muy paciente que digamos.-dice en forma de amenaza.
-¿Debería contestarte?-no sé por qué soy tan chula, creo que viene de familia. Sí, debe ser eso.
Me agarra por el cuello y me estampa contra la pared. Haciendo que la luz de en su cara Humm... es guapo. Muy guapo.
-Mira zorra, a mí, me hablas bien. Porque a mí no me da escrúpulos pegar a una puta niña. ¿Me entiendes? No te hagas la chula, puta.-su voz es ronca y grabe.
-Oh, con que tú eres el famoso The Gangster.-me atrevo a decir.
-Niña, te la estás jugando. Te estoy dando oportunidades que ni te mereces.-acerca su cara más a la mía. Siento su aliento contra mi mejilla izquierda.
-Me estás haciendo daño.-susurro.
-Lo sé. Haber, te perdono con una condición.-muestra una media sonrisa.-Sé que has visto cómo tiraba un cadáver a el contenedor, así que... dame tu tapa tetas.-roza su nariz con mi mejilla.
-Ni de coña.-me niego.
-De acuerdo.-mete su mano bajo su chaqueta y me quedo helada cuando apoya el frío hierro en mi cabeza.-¿Estás segura, morena?-carga el arma con su dedo pulgar.

Trago saliva y llevo mis manos a mi espalda, sonríe y desabrocho mi sujetador, sacándomelo. Le entrego mi sujetador negro de encaje. Lo coge y lo cuelga de su hombro derecho.
-Buena chica. Así te quiero ver la próxima vez, sin sujetador.-agarra uno de mis pechos y me sorprendo. Lo aprieta y gimo sin darme cuenta. Sonríe.-¿Te gusta? Claro, como a todas las zorras.-me suelta.-Buenas noches, espero que en nuestro próximo encuentro, no lleves sujetador.-me guiña un ojo y se gira. Para irse a un paso lento y vacilante. Tiene un buen culo, por cierto.

Suspiro... ¿Qué acaba de pasar?


Entro en mi casa sigilosamente, todo está oscuro. Normal, deben de ser como las 3 o las 4 de la madrugada.
Subo las escaleras con intención de no hacer ruido, pero la madera cruje por la noche, y los putos escalones, adivinad... son de madera. Y crujen como su puta madre.
Llego al piso de arriba y corro en silencio hacia mi cuarto, entro y cierro la puerta lentamente.
Suspiro pesadamente.
-¿Dónde estabas hermanita?-doy un bote, a causa del susto que me metió mi hermano. El cual está sentado en el filo de la cama mirándome seriamente.
-Joder Rob, qué susto coño.-me llevo la mano derecha al pecho. 
-¿Dónde estabas Jade?-repite serio, mientras se levanta y camina lentamente hacia mí.
-No te interesa mi puta vida. Lárgate de mi habitación.-camino hacia el armario y lo abro.
-Jade, Tom me llamó hace media hora. Me dijo que estabas por su barrio. ¿Qué hacías allí a estas horas?-por su voz, está cabreado.
-Maldito chivato de mierda.-mascullo entre dientes. Me agarra por los brazos y me gira.
-Jade, te dij-se interrumpe y mira hacia abajo.-¿Qué haces sin sujetador?-frunce su entrecejo.
Mierda.
-No me puse hoy. ¿Algún problema?-me deshago de su agarre y lo empujo.
-Jade...
-¡Que te largues de mi habitación! ¿Qué no oyes o qué mierda te pasa?-grito cabreada. Me importaba una mierda mis padres, a ellos no les importo. Ellos a mí tampoco.

Suspira y camina hacia la puerta.
-Sólo, ten cuidado Jade. Te vas a dar de bruces con la realidad.-dice y sale de la habitación, cerrando la puerta.
Bufo.

Tengo una vida de mierda, y ahora lo que me faltaba... era el tío que me robó el sujetador. Qué bien Jade, qué bien. 


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Bueno... ¿Qué os pareció el comienzo? Espero que esteis satisfechas con este pequeño avance de una nueva historia.
La verdad es que creo que puede llegar a engancharos y todo, y no, no me lo tengo creído. Sino que este tipo de historias suelen enganchar tela, así que... eso.

Por favor, ¡dar vuestra opinión! Necesito comentarios, unos cuantos. Para saber si os gusta o no el capítulo.
Sé que es corto, pero ya que no hice Sinopsis ni Prólogo, dejé así el capítulo. Los demás serán más largos, o intentaré hacerlos. ¿Vale?

¡Recomendarme! ¡Necesito lectoras!

@fcksrules

miércoles, 17 de julio de 2013


Él es un tipo peligroso y poderoso...                         
























 Ella es una chica normal, sin perjuicios ni problemas serios...



                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  

















Pero no tardarán en encontrarse. Ninguno de los dos tienen idea de los que significará para sus futuros ese encuentro...

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